Verón, Chilavert y los ídolos

Los ídolos del fútbol suelen tener algo que los condiciona: rara vez admiten los errores. Repasan sus tiempos de gloria indiscutible como en una película grabada en un VHS, y aplican la misma fórmula para los pasos siguientes. Nada más antiguo ni errado. Los tiempos, los contextos y las situaciones nunca son las mismas. ¿Alguien escuchó alguna vez un mea culpa de Daniel Passarella? ¿Carlos Babington se hizo responsable de algo? No. La culpa siempre fue de terceros. Ambos tienen algo en común: son glorias de River y de Huracán, pero ya no pueden pasar ni por las veredas de esos clubes.El fútbol argentino está en una etapa de cambios. A partir de la muerte de Julio Grondona la etapa de descubrimiento parece permanente. Nadie sabe bien qué pasará más adelante. Todavía no se asentó la cúpula dirigencial de la AFA porque los horizontes empiezan a abrirse. Quién tendrá el mando a partir de 2015, cuando terminará el gobierno de transición de Luis Segura, se vuelve la gran incógnita. También cómo será la metamorfosis. Una cosa es cierta: cada uno tratará de sacar la mejor tajada para su club porque estamos frente al deporte menos corporativo.Los clubes se refrescan y exigen variantes, ideas nuevas, proyectos revolucionarios. Entre ellos reaparece la tendencia de los ex futbolistas con apetencias de poder. Juan Sebastián Verón arrasó en las elecciones de Estudiantes y José Luis Chilavert no dudó en postularse en Vélez: competirá con Raúl Gámez, un histórico dirigente, en las elecciones de diciembre. Sólo ellos saben cuán preparados están para desempeñarse en una función completamente distinta a la que están acostumbrados.Verón y Chilavert son intocables para la gente. Construyeron una leyenda dentro de la cancha y les dieron a Estudiantes y a Vélez los mejores días de sus vidas. Sus andanzas se volvieron fábulas que pasarán de boca en boca para los más románticos. Sus historias se...