Chicos...y grandes que lloran

"El mío no para de llorar", responde Nacho Figueras, polista y afamado modelo internacional, cuando detecta un tuit con el que se identifica para el momento: "Duele por Messi, duele por Mascherano. Duele por todos los chicos, el tuyo, el mío, que no pueden ver campeona a la selección". Y ocurrió horas antes de la confesión de Messi, es decir, sin que aún se tuviera conocimiento de la peor noticia.

Menciones como las de Figueras se repiten en miles de hogares con chicos de distintas edades. Que además están acostumbrados a ver festejar títulos a Leo, sus récords, y es la razón por la cual hasta les piden a los padres la camiseta 10 del Barsa antes que la de la selección. Y todos sufren por ellos, en especial quienes tuvieron la dicha de celebrar dos títulos mundiales y no ver los goles de Kempes y Maradona sólo por YouTube.

Son los chicos que se pintan los cachetes de albiceleste, los oriundos del smartphone y del "o-o-o-o-o-o-o-o" del himno; que se ilusionan cada vez que llega la posibilidad de revivir el "volveremos a ser campeones, como en el 86". E invariablemente terminan con angustia en el pecho, lágrimas y frustraciones que se acumulan como sarro. Chicos...y no tan chicos.

Van 23 años ya. Hay hombres y mujeres ya recibidos...

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