Chichizola, el base que por accidente se convirtió en arquero

De la zona pintada al área chica. De las divisiones inferiores de Unión a River. De suplente a estrella. Del anonimato y el silencio a la fama y la ovación. En poco más de una década, Leandro Chichizola respiró cambios profundos. En el cuerpo y en el espíritu. En la cancha y lejos de un campo de juego. Pero pocos como el que lo tuvo anteanoche como protagonista en el Monumental, cuando la bruma empezaba a envolver el estadio y la desesperanza invadía a todos en Núñez. Fue un instante sublime, mágico, lleno de adrenalina. De repente, el santafecino, de 24 años, con una zigzagueante trayectoria en el club, se presentó como héroe de una jornada electrizante al detenerle un penal a Saja, cuando se jugaba tiempo de descuento. Esa acción le valió adueñarse de las tapas de los diarios; su nombre se escuchó en todos los programas de radio y la imagen de la atajada recorrió el planeta. La explosión de sus compañeros, el desahogo del público por una victoria que parecía escurrirse, equivalió, en intensidad, a un grito de gol. Claro, River, a dos fechas del final, es puntero, junto con Gimnasia y Esgrima La Plata, y se ilusiona con romper con los seis años sin vueltas olímpicas.El día después, sin embargo, no fue demasiado diferente a las típicas jornadas de descanso para Chichizola, que se refugia en las salidas de pesca con sus amigos de San Justo, plan al que se suman algunos compañeros del plantel. Ahí encuentra sosiego y recarga las baterías para un desenlace emocionante. La lesión de Barovero, desgarro en el bíceps femoral derecho, en el partido con Atlético de Rafaela, le abrió un espacio que aprovechó sin titubear. Figura con Estudiantes, cuando también detuvo un penal -a Guido Carrillo-, provocó que el técnico Ramón Díaz se replanteara sobre quién es el guardavalla para los encuentros con Argentinos y Quilmes. En la intimidad, aseguran que el riojano sostendrá a Chichizola, que cumpliría con el pronóstico que lanzó cuando el Pelado tomó las riendas del tercer ciclo. "Lo quiero poner incómodo para elegir", repetía, por entonces, con convicción, el juvenil, que cuando termina la temporada organiza en su ciudad un partido a beneficio de la Fundación Manos Solidarias, en la que trabaja su madre y en la cual luchan para prevenir la desnutrición infantil.Este presente de ensueño tuvo un impensado comienzo, porque Chichizola practicaba básquetbol. Era el base y capitán de los...

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