La CGT oficialista busca contener a sus bases

Por estos días cae sobre el rol que más lo incomoda: ser la principal voz sindical para contrarrestar con argumentos el que convocó el sindicalismo opositor para el jueves próximo. Tanto el jefe de la CGT oficialista como el resto de los dirigentes que lo acompaña en la central coinciden con el rosario de reclamos que volcaron Hugo Moyano y Luis Barrionuevo en un documento en el que se puso énfasis en la "caída del empleo, la inflación, los jubilados y el impuesto a las ganancias".Mucho antes de reunirse con funcionarios en la Casa Rosada para definir la convocatoria al Consejo del Salario para el día siguiente al de la huelga, Caló ya había bajado un mensaje a los sindicatos que están nucleados en su central: exigió neutralizar cualquier medida de fuerza y llamó a cuidar las fuentes de trabajo. Hizo hincapié en los sectores más afectados por la ola de despidos y suspensiones, como es el caso de su gremio, la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), y de los mecánicos del Smata.El desafío del gremialismo oficialista será contener ahora a sus bases, donde suele brotar con más fuerza el mal humor social. La CGT oficialista anhela con que Moyano y Barrionuevo no cierren su acuerdo con los gremios del transporte público de pasajeros para que así la huelga pierda peso e impacto."Si hay colectivos y trenes, los trabajadores irán a las fábricas", dijo un gremialista vinculado a la industria automotriz. La incógnita sobre la adhesión al paro de los gremios del transporte público de pasajeros se resolverá entre mañana y pasado, cuando se reúnan Omar Maturano (La Fraternidad )y Roberta Fernández (UTA), que se alejaron de la CGT oficialista a principio de este año.Para Maturano no habrá vuelta atrás: garantizó su apoyo al paro cuando hizo divulgar una foto suya con Pablo Moyano en un congreso de la actividad en Bulgaria. Los colectiveros de Fernández, en cambio, aún están en duda: su jefe llamó a un plenario mientras negocia con el Estado el incremento de subsidios para que los empresarios del sector puedan afrontar la suba salarial.Como sucedió en el paro nacional del 10 de abril pasado, las principales industrias del país abrirán sus puertas y activarán sistemas alternativos de transporte para garantizar el presentismo en los lugares de trabajo. Sin embargo, esto no sería una garantía de nada. Es más, se comprobó en la última huelga que hubo fábricas con picos de ausentismo a pesar de costear los gastos de movilidad de sus empleados.De los sindicatos que comulgan con...

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