La CGT oficial avala reclamos y tensa el vínculo con el Gobierno

Antonio Caló golpeó el escritorio con inusual furia. La queja fue tan vehemente que su voz pobló el salón de reuniones del gremio de los taxistas. Sucedió cuando el líder de la UOM expuso ante el consejo directivo de la que el sector metalúrgico registra 3000 despidos y 10.000 suspensiones en lo que va del año.De manera estratégica, al final de la cumbre, la cúpula de la una impasse para definir una posible medida de fuerza en rechazo al impuesto a las ganancias y para manifestar su preocupación por la caída del empleo.Se dispuso así que la central, orgánicamente, mantuviera firme su alineamiento con el Gobierno. Pero a su vez se avaló que algunos gremios que se anidan bajo sus siglas activen de forma independiente protestas sectoriales, ya sea por despidos y suspensiones o en rechazo de la carga tributaria sobre los salarios.Por ahora, la amenaza retórica no se traducirá en acciones directas, salvo en algunos casos puntuales, como fueron el reclamo de los marítimos portuarios, cuyos salarios están alcanzados por Ganancias, o el paro del personal de la Aduana.Pero la calma se está volviendo insostenible en otros sectores. Los cuatro gremios docentes (Sadop, UDA, AMET y CEA) agrupados en la CGT de Caló evalúan no comenzar las clases tras el receso invernal "porque no hubo cumplimiento de los acuerdos previamente firmados" con el Ministerio de Educación de la Nación, según manifestó un sindicalista.El malestar también se extiende a otras áreas: los gremios de la Alimentación y de petroleros convocaron para esta semana a sus delegados para definir la fecha de una huelga sectorial."Si el Gobierno no nos da una respuesta positiva por el impuesto a las ganancias se pueden abrir las compuertas para las medidas de fuerza. El impuesto afecta a cada actividad de manera diferente, por lo que las medidas pueden también ser sectoriales", dijo a LA NACION un jerárquico de la CGT que hace un puñado de días estuvo por los pasillos de la Casa Rosada."Estamos manejando los tiempos porque si vamos al conflicto después no hay retorno", especuló otro dirigente.En tropa, la cúpula de la CGT asistió a la Casa Rosada para respaldar a la presidenta Cristina Kirchner el día después de la negociación con los holdouts. Fue un apoyo simbólico que no borra el disconformismo por los planteos gremiales que aún esperan una solución oficial.Poco tiempo para negociarEn cuanto a los tiempos de tolerancia, la cúpula de la CGT estaría dispuesta a negociar esta semana una...

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