El cerrojo defensivo del Pincha descansa en los más expertos

LA PLATA.- Hay un rombo en Estudiantes que emite un mensaje terminante: área restringida. Es un espacio de difícil acceso y maniobrabilidad aun para los más atrevidos y transgresores, una especie que precisamente no le sobró al voluntarioso y aplicado Gimnasia. Uno de los vértices es el arquero Andújar (33 años), que ataja con toda la sobriedad que requiere el puesto; el esquema en forma de diamante defensivo continúa con Schunke (29) y Desábato (37), dos guardianes implacables, eximios controladores del espacio aéreo y resolutivos en lo terrenal; y el otro vértice lo ocupa Braña (37), un volante tapón que hace un culto del quite, un sacrificado a tiempo completo.

Si este Estudiantes puntero no recibió goles en cinco fechas, en buena medida se lo debe a este hormigón defensivo sobre el que se construye un equipo al que, en el clásico en el Bosque, le faltó más juego (la ausencia de Damonte le resta manejo y conducción) y ambición.

Estudiantes cumplió a la perfección con lo que era la prioridad de su plan: el cerrojo en la zona central de su campo. Gimnasia no lo desbordó nunca por los costados, y cada pelotazo cruzado o frontal fue bloqueado por Schunke y Desábato. En el par de oportunidades que los pases superaron las espaldas de los zagueros, ahí apareció Andújar para presionar y achicar sobre Ibáñez.

Salvo Schunke, los otros tres ya saben lo que es salir campeón del fútbol argentino y de la Copa Libertadores en el club. La veteranía que transmiten es un signo de competitividad. No están a salvo de tragos amargos impensados, como lo fueron las recientes eliminaciones en las copas Argentina y Sudamericana, pero no bajan los brazos ni se entregan. Asumen la profesión con la responsabilidad del que debe marcar el camino, dar el ejemplo. Lo mismo se podría decir con un caso del otro lado: Chirola Romero (38 años), tripero desde las tripas, abnegado para pedir la pelota y transmitir una confianza que Gimnasia necesita para aliviar la carga histórica de un clásico que en los último años se le hizo muy pesado, tortuoso en alguna ocasión.

En una cancha que a varios se les hizo resbaladiza por la lluvia, el partido escenificó la disparidad etaria de nuestro fútbol: los veteranísimos ya mencionados, a los que se podrían agregar los laterales Licht (35) y Oreja (34), y el...

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