La centroizquierda, una cuña contra el peronismo

Miles de argentinos esperarán hasta el domingo previo a las elecciones de octubre, leerán las últimas encuestas y decidirán su voto sobre la base del candidato que tenga mejores chances de derrotar al kirchnerismo: Drácula, Frankenstein o el Hombre Lobo. Esta opción pragmática borrará razonamientos éticos, estéticos e ideológicos: no es momento de estómagos delicados porque vienen a degüello. Esa clase de votante adscribe de algún modo a la broma tremendista de Woody Allen: "Más que en ningún otro momento de la historia, nos hallamos en una encrucijada. Un camino conduce a la desesperación absoluta; el otro, a la extinción total. Quiera Dios que tengamos la sabiduría de elegir correctamente".La sensación de emergencia nacional, alimentada por la consignahttp://www.lanacion.com.ar/1598746-aprueban-la-imagen-de-nestor-kirchner-en-boletas-oficialistas, y la sombría amenaza de forzar una reforma constitucional colocan a un importante segmento de la sociedad ante la paradójica tentación de votar a un peronista para sacar del poder al peronismo. Bajo la ya gastada superchería, naturalmente, de que sólo un discípulo de Perón puede gobernar nuestro país. Tengamos en cuenta que hoy el partido más grande de la Argentina es el antikirchnerismo: representa potencialmente alrededor del 60% del mercado electoral. Dentro de ese conglomerado crítico hay de todo: halcones y palomas, izquierdas y derechas, peronistas y antiperonistas furiosos. Como en todo comicio posterior a la destrucción del sistema de partidos políticos, acontecida en 2001, la gran pregunta es si la salvaje polarización entre kirchnerismo y el Resto del Mundo eclipsará una vez más la posibilidad de generar fuerzas perennes y capaces de pelear una verdadera alternancia. En esta elección de media estación, todo parece tomado por el juego de plebiscitar de manera positiva la gestión cristinista o sepultarla bajo un contundente voto castigo. La percepción, real o ficticia, de que se asiste a "un fin de ciclo" coloca, sin embargo, a los argentinos ante la necesidad de meditar como nunca sobre qué país diseñarán.Existe un inmenso planeta no peronista que se encuentra ante el dilema de seguir aquel voto pragmático y estomacal, o arriesgarse por un voto constructivo. El dato más relevante que este barrio de la política presenta es el surgimiento de una coalición de socialistas, radicales y republicanistas que aceptaron deponer egos y prejuicios menores, y marchar juntos en importantes distritos. Específicamente...

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