Centeno todavía escribe y busca mejorar su situación judicial

vive aislado, en algún lugar de difícil acceso del campo argentino, a cientos de kilómetros de la Capital Federal. Su paradero es secreto tanto para su abogado como para su familia, y solo lo ven quienes lo custodian en el marco del Programa de Protección de Testigos e Imputados Colaboradores. El hombre que alteró el destino de muchos exfuncionarios y empresarios de la obra pública ratificó esta semana en un escrito de su puño y letra lo que había declarado ante el juez Bonadio en agosto del año pasado -cuando quedó detenido y declaró como arrepentido- y dijo que se siente orgulloso por lo que hizo.En los tribunales de Comodoro Py, el exchofer de Roberto Baratta respondió preguntas del juez Claudio Bonadio y del fiscal Carlos Stornelli. Interrogado por los funcionarios judiciales, aseguró una vez más que quemó los cuadernos.Procesado como miembro de la asociación ilícita en la que se encuentran la expresidenta Cristina Kirchner, el exministro de Planificación Julio De Vido y el financista Ernesto Clarens, entre otros, dijo que no denunció los hechos porque tenía miedo. "Soy un humilde trabajador, los cuadernos hablan por sí solos", señaló. ¿Por qué se presentó después de nueve meses de haber comparecido en la causa de los cuadernos? Según dijeron fuentes judiciales a este medio, el chofer consideró prudente y necesario ampliar su indagatoria antes de que Stornelli le enviara su pedido de elevación a juicio a Bonadio. Aunque la Cámara Federal confirmó su procesamiento como parte de la asociación ilícita dedicada a recaudar dinero ilícito, Centeno busca quedar por fuera de esa organización.En el escrito de puño y letra que presentó ante Bonadio, quiso dejar en claro que él no conformó esa estructura y dijo que quiere volver a trabajar. "Nunca recibí dinero de nadie", dijo. Su abogado, el defensor oficial Gustavo Kollmann, sostiene que Centeno debería ser un testigo y no un imputado.En el escrito que entregó a la Justicia, al que accedió LA NACION, se refirió a quien fue su jefe durante una década: Baratta. Él tenía -según el chofer- un trato "distante y soberbio". "Se enojaba por simples cosas", señaló, y se refirió a dos ocasiones en las...

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