Celler de Can Roca: un día en el mejor restaurante del mundo

GIRONA.- ¿Qué gusto tiene un gol de Messi? ¿Cómo cocinar un recuerdo de la infancia? ¿Se puede comer un perfume de Calvin Klein?

Las respuestas esperan en un palacete modernista enclavado en un barrio obrero de esta ciudad del norte de Cataluña.

Hay que entrar por el sendero que atraviesa el jardín, pasar una recepción y doblar a la izquierda. Jordi Roca aprieta un botón y la pared se desliza hacia un costado como en una vieja película de espías. "Bienvenidos a casa", dice, mientras flanquea el paso a un universo secreto: la cocina del Celler de Can Roca, .

Ahí dentro Jordi y sus hermanos mayores, Joan y Josep, desafían a diario los límites de la gastronomía. Es una cocina, pero podría ser un laboratorio de innovación, un taller de arte, una escuela, una compleja línea de producción. O todo junto en 200 metros cuadrados.

"Imposible significa que no has encontrado la solución", se lee en tiza blanca sobre un pizarrón cubierto de anotaciones en apariencia inconexas apenas se traspasa la puerta mágica.

"Apuntamos ideas de las que surgen después los platos. Pueden ser sueños, una poesía, un recuerdo", explica Josep, a quien todos llaman Pitu.

Otras veces a la inspiración llegan por el sentido del humor. Así surgió uno de los postres célebres de Jordi. Estaba en una gira por Japón y en una entrevista le preguntaron cuál era su próximo desafío. Él, fanático del Barça como toda la familia, dijo que quería servir un gol de Messi. Se lo tomaron en serio, salió publicado y no le quedó más remedio que cumplir.

"Gol de Messi" se come en una pelota cortada al medio y rellena con pasto sintético -que huele a pasto-. Sobre un plástico zigzagueante se ubican dos bombones de merengue y al final una "pelota" rellena de dulce de leche. El camino lleva hasta un recipiente protegido por una red de azúcar que se debe romper con la pelota para llegar al verdadero postre: una mousse de fruta de la pasión y cítricos. Dulce, ácida, eufórica, la mezcla representa un gol maradoniano que Messi le hizo al Getafe en 2007. Se sirve con dos parlantes que reproducen el relato original de Catalunya Ràdio.

"La cocina no es sólo el gusto y el aroma. Nos interesa provocar emociones; que comer sea una experiencia, incluso con momentos de risa y de sorpresa", comenta Jordi. Pero el fútbol es fútbol y los hermanos ya no ofrecen "Gol de Messi" en el menú habitual. "Venían hinchas del Real Madrid y no les gustaba. El fútbol es algo muy delicado", concede Pitu.

Tal vez lo vuelvan a incluir en agosto cuando se instalen con...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR