Con mucho celeste y blanco, entre los argentinos hubo un clamor: 'Que venga a casa'

SANTIAGO, Chile.- Banderas, camisetas, gorras. De alguna u otra manera, los argentinos se imprimieron el celeste y el blanco para que el los reconociera ayer en el recorrido por el Parque O'Higgins, en su primera misa masiva en Chile, que reunió unas 400.000 personas.

"Estoy feliz, fue una experiencia impresionante. Me llenó de fe. Es inexplicable", dijo al terminar la misa Julieta Eula, de 33 años, que viajó desde Córdoba con su hermana, su cuñado, su madre y una amiga para ver a Francisco por primera vez. "Organizamos el viaje con mucha emoción y Dios organizó todo para poder llegar hasta acá", dijo a LA NACION. Julieta, que llevó puesta la camiseta de la selección, contó que vio a Francisco de cerca cuando el papamóvil recorrió todos los pasillos del parque. "Nosotros estábamos acá, en el sector D1, y enfrente había tres banderas de argentinas y una que decía Mendoza. Cuando Francisco pasó al frente nuestro, giró y vio las banderas y le gritamos: '¡Papa, Papa, Argentina!'", contó.

"Acaba de pasar delante nuestro y lo saludó otra vez a mi hijo. Estamos muy contentos", dijo, emocionado, Federico Oguich, de 45 años, con su hijo de 6, Massimo, en brazos. Federico es argentino, su mujer, brasileña, y su hijo, chileno. Viven en Chile y en dos oportunidades viajaron a Roma y vieron al Papa. En uno de esos casos, hace tres años, Massimo terminó en brazos de Francisco. "Estábamos en la Plaza San Pedro, lo vio [a Massimo] desde el papamóvil y lo alzó. Mi señora estuvo llorando media hora de la emoción", recordó Federico, e inmediatamente mostró la foto de ese encuentro inolvidable. "Somos fans del Papa. Me gusta la tranquilidad que entrega. Es un grande", señaló.

La expectativa por un eventual viaje de Francisco a la Argentina, por primera vez desde que es papa, también estuvo presente ayer. Vanesa Frontera y su madre, Margarita Pelayez, pidieron que el Papa "vaya a visitarnos, que venga a casa".

"Creo que todo argentino anhela que vaya para que sea unión", dijo la joven. "Estamos rezando para que el Papa vaya a la Argentina", dijo, por su parte, Julieta Eula, pero entiende que todavía no lo haya hecho. "Los tiempos de Dios son perfectos; él va a ir cuando sea el tiempo de Dios".

Las horas de espera valieron la pena para los peregrinos argentinos. Quienes consiguieron entradas cerca del altar donde el Papa brindó la misa podían entrar desde las 2 de la mañana para tener un buen lugar, cerca de las vallas que los separarían del papamóvil con el que...

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