La caza de dólares y la sensación de que todo puede suceder

La última semana retornó a la Argentina, y al siempre sensible mercado financiero en particular, la triste sensación de que cualquier cosa puede suceder en el presente contexto, signado por un gobierno que está quedándose sin dólares. Mientras Daniel Scioli promete que conseguirá inversiones por 30.000 millones de dólares anuales y que hará descender la inflación a un dígito sin explicar cómo, y mientras los referentes económicos de Mauricio Macri y Sergio Massa siguen atrapados en un laberinto donde discuten si primero hay que levantar el cepo cambiario para generar confianza o si antes hay que provocar confianza para terminar con el cepo, un gobierno al que paradójicamente le quedan apenas 75 días de gestión amenaza con terminar de destruir al mercado y continúa exhibiendo una notable capacidad para hacerle daño a la economía.

La decisión de la Comisión Nacional de Valores (CNV) conocida el martes pasado, que obliga a los Fondos Comunes de Inversión a valuar los activos emitidos en dólares al tipo de cambio oficial, constituyó un auténtico zarpazo contra miles de ahorristas.

Si el cimbronazo que significó la medida para los inversores en fondos comunes –una caída en la valuación de sus activos dolarizados superior al 30%– fue pensado por el Ministerio de Economía para hacer descender el dólar, deberán admitir que la cosecha fue más que magra. El dólar contado con liquidación, que se ubicaba en poco más de 14 pesos antes del anuncio, concluyó la semana en 13,68 pesos, con una disminución de apenas 45 centavos. En tanto, el dólar paralelo o blue, lejos de bajar, terminó la semana en un valor récord, por encima de 16 pesos.

Las conjeturas desatadas tras tamaña impericia, propia de cirujanos con Parkinson –como afirmó el vocero económico de Macri, Rogelio Frigerio–, fueron desde aquellas que intuían un nuevo default, que apuntaría a liquidar bonos del Estado nominados en dólares con pesos al tipo de cambio oficial de 9,40, hasta aquellas que daban cuenta de una maniobra especulativa para favorecer a ciertos operadores del mercado, amigos del poder, supuestamente beneficiados con información privilegiada que debió haber sido secreta.

La sospecha del default fue velozmente desmentida por el gobierno de Cristina Kirchner. En los primeros días de octubre, el Estado, con reservas del Banco Central, desembolsará los más de 6000 millones de dólares para cancelar el Boden 2015. La segunda hipótesis, según la cual se habría permitido que algunos...

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