La causa AMIA: el triunfo de la hipocresía

Atentado terrorista contra la AMIA, una imagen imposible de olvidar

Imagino el frustrado derrotero de la verdad en la causa AMIA como una moneda lanzada al aire que no termina de caer. Ha desafiado la ley de la gravedad. Y La fuerza que lo hace posible es la hipocresía. Pero en una de sus caras la moneda exhibe el juicio en ausencia y en la otra la denuncia de agresión ante el Consejo de Seguridad de la ONU.

¿Hasta cuándo participaremos con inexplicable credulidad de la idea de que nada es posible hacer para que la causa AMIA abandone el estado de parálisis procesal en la que se encuentra? ¿Hasta cuándo la sociedad argentina permanecerá en la ignorancia deliberada, sostenida por todos los gobiernos desde la ocurrencia del atentado, de que el sistema internacional no admite intento alguno? En ambos casos la respuesta es la hipocresía.

Respecto del juicio en ausencia no me extenderé en los fundamentos de su pretendida inviabilidad para su frustrado debate desde que el Tribunal Militar de Núremberg juzgó por esa vía al criminal Martin Borman. Recientemente lo fueron en Italia los represores latinoamericanos del Plan Cóndor. También, el juicio seguido en el Líbano por el asesinato de su primer ministro Hariri. Si los legisladores de todos los partidos no retoman los proyectos existentes y apuran su sanción, solo cabe considerarlos incursos en un grado de hipocresía mayúscula que no soporta justificación alguna.

¿O acaso la posibilidad de buscar la verdad en un juicio oral y público contra los imputados iraníes...

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