Cataluña lanza un ultimátum y exige que la UE siente a Rajoy a negociar

BARCELONA.- La agitación no cede en Cataluña. Las marchas independentistas se sucedían ayer como réplicas tras un terremoto. A la medianoche empezó una huelga. Con la crisis instalada en la calle después del caótico referéndum separatista de anteayer, el líder catalán, Carles Puigdemont, lanzó una suerte de ultimátum antes de cumplir su amenaza de declarar la independencia; pidió una mediación de la Unión Europea que siente a la mesa a Mariano Rajoy.

Además, exigió que se retiren de Cataluña los 10.000 policías y guardias civiles que participaron del operativo represivo del día anterior en los centros electorales.

A sus palabras siguieron los hechos. Cientos de manifestantes se congregaron en Barcelona frente a la Jefatura de la Policía Nacional, en la vía Laietana. "¡Asesinos!", les gritaban. En la ciudad de Calella echaron a un grupo de agentes del hotel en que se alojaban. En ningún otro los querían recibir.

Puigdemont quiso mostrarse fortalecido. Pero su puesta en escena el día siguiente del referéndum sembró dudas sobre si el frente secesionista está de verdad decidido a proclamar esta misma semana la república catalana, una medida que desatará una respuesta de Madrid cuyas consecuencias son inmanejables. Por lo pronto, los diputados separatistas evitaron ayer ponerle fecha al debate parlamentario en el que intentarían votar la declaración de independencia. Compran tiempo.

"El momento aconseja una mediación que ha de ser internacional para que sea eficaz. Se ha de construir un clima de distensión", anunció Puigdemont, sin detener el curso de colisión: "Ha habido un resultado claro y sobre él tomaremos decisiones políticas".

Rajoy no muerde el anzuelo. Desconoce el derecho del gobierno catalán de sentarse a la mesa en pie de igualdad para un diálogo en el que la expectativa de los separatistas sería pactar otro referéndum legal, vinculante y definitivo.

El margen de juego de Rajoy se redujo después del 1-0. La carga policial contra votantes indefensos -por más que estuvieran participando de una elección declarada ilegal por la justicia- llenó de dudas a sus aliados frente a la insurrección catalana.

El líder socialista Pedro Sánchez sigue a su lado en esta batalla. Ayer, durante la reunión que mantuvieron en la Moncloa le reclamó que abriera de forma inmediata una negociación con la Generalitat. Y fue crítico de la actuación policial, que Rajoy defiende sin fisuras.

Se vislumbra un límite en el respaldo del PSOE: no está nada claro que...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR