Caspalá, el pueblo jujeño que tiene todo listo para los turistas

CASPALÁ, Jujuy.- Las comidas de olla de La Cutanita son la especialidad de la casa, y el guiso de papa verde que prepara Hilda Cruz recibe el elogio de toda la mesa. Compartir la receta le causa algo de sonrojo a esta cocinera caspaleña, dueña del primer comedor turístico del pueblo. En Caspalá, una localidad en el departamento de Valle Grande, rodeada por cerros a 3100 metros de altura y 252 kilómetros de distancia de San Salvador de Jujuy, viven apenas unas 50 familias. No es fácil llegar: son unas cinco horas en combi con chofer avezado en caminos zigzagueantes. Pero el camino regala postales todo el tiempo, y hasta el más intrépido cardón vale una foto.Caspalá tiene lo que cualquier viajero amante de la aventura y de los paisajes vírgenes puede anhelar. Hay cascadas naturales, sitios arqueológicos y hasta una travesía inédita por el Camino del Inca. La vida en comunidad y el contacto diario con la tierra marcan el compás del pueblo, en una economía que aún es de subsistencia rural. Pero Caspalá, que en quichua significa "gran entrada" o "abertura entre cerros", quiere abrirse ahora al turismo.Tiene todo para ser visitado. Incluso, desde hace apenas unos meses, hay dos hospedajes, una casa de té, un patio de artesanías y una decena de circuitos organizados por sus mismos pobladores para recorrer. "Faltan los turistas", dice Cipriano Rogelio Quipilor, que está ansioso por estrenar su posada Pueblo Viejo, con capacidad para seis personas."Salvo algún europeo perdido que llega a pie muy de vez en cuando, no recibimos muchas visitas", agrega Ariel Balcarce, uno de los guías baqueanos que comandan el trekking hasta el sitio arqueológico Antiguito, que tiene una de las panorámicas más lindas de Caspalá, con sus casas de adobe y el río Chico, que cruza el valle. El año pasado, junto con un grupo de habitantes, Balcarce formó parte de las capacitaciones dictadas por el Ministerio de Turismo y Cultura de Jujuy, desde el área de Productos Turísticos, para fomentar el turismo rural comunitario en la zona, que tiene como principal atractivo que el visitante conozca de primera mano cómo es la vida en estas comunidades originarias que habitan entornos de excepcional belleza: formar parte de sus rutinas, como ordeñar cabras, deshojar chalas, hacer queso, distinguir entre los cientos de plantas aromáticas o medicinales y conocer más sobre la cultura agrícola de la región."Acá todo es natural, no usamos ningún agregado químico ni nada. Tenemos más de 25...

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