Un caso que se le reprochará al kirchnerismo

El caso de Marcela y Felipe Noble Herrera ha sido políticamente cerrado por la única persona interesada de verdad en sus identidades: Estela de Carlotto, presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo. Durante 15 años, esos jóvenes, que ya tienen 35 años, se vieron sometidos a una tenaz persecución y a una inhumana exposición pública de sus intimidades. Fueron una excepción, una pésima excepción, porque no hay otro caso que haya atravesado, como el de ellos, semejante acoso judicial y político. Aun ahora, la Justicia se niega a cerrar el voluminoso expediente abierto y resulta, otra vez, funcional a los intereses de los que gobiernan.La investigación fue siempre consecuencia de una conjetura. Los hermanos Noble Herrera nacieron en 1976 y fueron adoptados por su madre, la directora de Clarín. Ya sea con fines de extorsión económica o política, lo cierto es que a partir de ese dato se construyó la hipótesis, luego convertida en certeza, de que eran hijos de desaparecidos. La inferencia fue aprovechada durante el gobierno de Carlos Menem, pero se agravó hasta el escándalo con el kirchnerismo.Tres entregas de material genético por parte de los hermanos (dos de manera compulsiva) resultaron insuficientes para establecer que no tenían vínculos de sangre con personas desaparecidas durante la última dictadura militar. Tres jueces federales (Roberto Marquevich, Conrado Bergesio y Sandra Arroyo Salgado) investigaron durante años para no llegar nunca a ningún lugar. Testigos reiterados que giraban sobre las mismas preguntas y documentos que eran siempre idénticos llenaron espacios sin una conclusión final.Nadie puede negarle al kirchnerismo el mérito de haber convertido a la política de derechos humanos en una política de Estado. Esto es: la revisión y el rechazo de los métodos inhumanos del régimen militar de los años 70 no podrán ser modificados por futuros gobiernos. La sociedad argentina acompañó, y acompaña, esa política desde que conoció los horrores cometidos en nombre de un Estado uniformado y autoritario.Sin embargo, también la historia le reprochará al kirchnerismo el uso político de los derechos humanos, la visión sesgada de la tragedia de muerte y sangre de los años 70 y la inculpación de inocentes por el solo hecho de haber vivido bajo una dictadura. El poder llegó al absurdo de considerar cómplice de delitos de lesa humanidad a todo aquel que no haya formado parte de la insurgencia armada, que no haya estado exiliado durante la dictadura o que no haya...

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