Caso Milani, doble estándar e hipocresía oficial

E l bloque de senadores del kirchnerismo, finalmente, decidió por orden de la presidenta de la Nación la postergación del tratamiento de los pliegos de ascenso de militares, entre los cuales se destacaba el del cuestionado general , aunque éste seguirá en su puesto de jefe del Ejército, en el que fue recientemente designado.Ni las http://www.lanacion.com.ar/1603590-cesar-milani-ahora-admite-que-intervino-por-azar-en-el-expediente-del-soldado-desaparecidorecaían acerca de supuestas violaciones de los derechos humanos, ni las dudas en torno de su fuerte crecimiento patrimonial, ni las desafortunadas declaraciones públicas del militar en las que sostuvo que el Ejército debía servir a un proyecto partidista aconsejaban su ascenso a teniente general. Tampoco ameritarían, claro está, su continuidad al frente del Ejército.Aunque era un secreto a voces que el bloque oficialista de senadores iba a encontrarse en serias dificultades para aprobar el pliego del militar, sus autoridades se escudaron, al comunicar su determinación de la postergación, en la supuesta existencia de una desnaturalización del procedimiento con claras intenciones electoralistas y en la necesidad de preservar a las http://www.lanacion.com.ar/1603593-perez-esquivel-las-fuerzas-armadas-deben-ser-prescindientes-de-todo-partido-politicode convertirse en objeto de una disputa electoral.Se trata de una suma de argumentos vergonzantes que encubren el http://www.lanacion.com.ar/1603774-cristina-kirchner-no-cometamos-la-torpeza-enfrentarnos-entre-uniformados-y-civilesde promover a un militar que no reúne las condiciones requeridas para conducir al Ejército.Cabe preguntarse si, al propiciar la designación de Milani, realmente la jefa del Estado careció del adecuado asesoramiento y de la necesaria información sobre su turbio pasado y presente, o si hizo caso omiso de los datos existentes y se dejó llevar por un cálculo según el cual la figura del nuevo jefe del Ejército le garantizaría una fuerza al servicio de las necesidades políticas del Poder Ejecutivo. Estaríamos, en este caso, ante un doble estándar en materia de derechos humanos, que implicaría que quien es funcional al proyecto de poder kirchnerista no merecería objeciones pese a que esté acosado por innumerables sospechas.No ha sido el criterio seguido para poner a Milani al frente del Ejército el que se empleó a la hora de rechazar en los últimos años no pocos ascensos de jóvenes oficiales que, pese a desarrollar su carrera militar íntegramente...

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