Caso Ferreyra: al testigo clave lo aportó el Gobierno

Seis días antes de morir, Néstor Kirchner participó personalmente del operativo en que se involucró el Gobierno para aportar a la Justicia el testigo reservado cuya declaración llevó a las detenciones de gremialistas y barrabravas por el asesinato del militante del Partido Obrero (PO) Mariano Ferreyra.El ex presidente, después de recibir el dato de un intendente del conurbano, puso en marcha un operativo político-judicial para llevar a los tribunales al testigo que estuvo el día del crimen en el bando de la Unión Ferroviaria (UF). Kirchner ordenó darle máxima protección, a tal punto que llegó a declarar ante la fiscal Cristina Caamaño acompañado por el ministro de Justicia y Seguridad, Julio Alak, según consta en la causa.La declaración del testigo permitió identificar y detener a Cristian Favale, acusado de disparar contra Ferreyra, aunque los tiradores son, por lo menos, dos. Ahora, las pruebas en la causa, a las que se incorporó otro testigo de identidad reservada, suman elementos que permitirían avanzar sobre altos dirigentes de la Unión Ferroviaria, el gremio que lidera José Pedraza.Según pudo reconstruir LA NACION tras consultar a cinco fuentes independientes entre sí, vinculadas con la política y la Justicia, el 21 de octubre, al día siguiente del crimen ocurrido en Barracas, un militante justicialista llamó por teléfono, asustado y temiendo por su vida, al intendente del conurbano al que considera su jefe político. Le dijo que sabía el nombre del asesino de Ferreyra, pero que tenía miedo de que lo mataran. Le confió que había sido reclutado por el delegado de Unión Ferroviaria (UF) Pablo Marcelo Díaz, actualmente detenido, para participar de una manifestación contra un grupo de trabajadores tercerizados del ferrocarril Roca, entre los que había militantes del PO.Le dijo que sabía cómo se había organizado la patota y que Díaz había elegido a los que participarían de la contramarcha.El intendente –cuyo nombre La Nacion mantiene en reserva para evitar que pueda inferirse la identidad del testigo– escuchó ese relato y llamó a su vez a su jefe político, Néstor Kirchner, a la quinta de Olivos. Le repitió las revelaciones del testigo, pero le pidió que le diera toda la protección posible.Kirchner, operando desde la residencia presidencial, puso a trabajar en el asunto al secretario legal y técnico, Carlos Zannini, y se comunicó con Alak para ponerlo al tanto de todo.Por indicación de Zannini, el intendente kirchnerista acompañó personalmente a su...

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