Cartas de los lectores
La tarifa de gas
Idoneidad
José Luis Gioja, como jefe del peronismo, le pidió al Presidente "que mande a la casa al ministro Aranguren y que lo reemplace "por alguien más idóneo".
Lástima que no hizo lo mismo con los ministros de Cristina que dejaron el país a la miseria por falta de idoneidad y honestidad.
Julio César de la Barrera
DNI 8.376.704
¿Y el agua?
Mucho se habla y se discute por el aumento de tarifas en el gas y en menor medida del aumento en la energía eléctrica. Pero sobre las tarifas de AySA nadie habla. A mediados de 2014 pagaba por bimestre 109 pesos (departamento en Martínez, servicio no medido). Luego la tarifa se quintuplicó a 554 pesos. Mucho no me gustó, pero encontré razonable la medida, si consideramos el congelamiento de tarifa durante muchos años. Pero ahora en julio hubo un nuevo aumento, de 233 por ciento, es decir, se triplicó la tarifa anterior, llegando ahora a 1846 pesos por bimestre: 17 veces más que la tarifa de 2014. Por bimestre debo pagar por el agua más que para electricidad y gas juntos. ¿Tiene sentido eso?
Jorge Linder
LE 5.584.800
Cambio, sí o no
En 1940, Winston Churchill se dirigió a los británicos prometiendo "sangre, sudor y lágrimas". El pueblo se ajustó el cinturón, puso el pecho y comenzó a trabajar sin descanso. Muchos murieron, muchas lágrimas se derramaron, pero finalmente el país salió adelante. En la Argentina, a principios de este siglo, un ministro de Economía mencionó lo que se debería hacer. Duró dos días. Ante la devastación del país, quebrado financiera y económicamente, fracturado en sus valores e instituciones e incluso con una gloriosa historia deformada, todos coincidían en hacer un cambio. Así lo hizo este gobierno (una de sus medidas, el "ajuste tarifario", fue más leve que el recordado Rodrigazo y el "corralito", y además con contemplaciones para los casos extremos), pero muchos no tardaron en criticar y continúan haciéndolo. Algunos periodistas, en ruedas de debate o almuerzos televisivos, se quejan de lo grave del ajuste. Que tendría que ser gradual, sin dolor.
Sería éste el momento de preguntarnos: ¿realmente queremos un cambio?, ¿estamos dispuestos a salir a la cancha a competir con el mundo, a transpirar la camiseta?, ¿o preferimos transitar la vida como hasta hace poco, en un mundo de fantasía, escuchando los cantos de sirena y así agonizar lentamente, afirmando cada vez más los versos del "Cambalache" de Discépolo?
Martín Cabanillas
DNI 4.282.441
Corrupción K
Hábito
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