Cartas de los lectores
El regreso del aplazo escolar
Premiar el esfuerzo
El lema de los Juegos Olímpicos es "Más lejos, más rápido, más alto". Para lograrlo los deportistas deben esforzarse durante años. No subir al podio no es estigmatizante, es alentador. Significa que deberán esforzarse para la próxima competencia, para superar sus marcas, sus notas. Al podio, a la medalla, accederá el mejor. Si un tenista no rinde, baja varios puestos en el ranking. Si un futbolista o un basquetbolista no entrena porque hace frío, se acostó tarde, porque el lugar de entrenamiento le queda lejos o se quedó dormido, no integrará el equipo del partido del fin de semana (hará banco). Si una estrella de fútbol contesta mal, agrede, insulta, rompe las instalaciones, es supendido. Si un jugador tiene la camiseta fuera del pantalón o las medias caídas, el juez le pide que componga su vestimenta antes de continuar el partido.
Si todo esto, que es aceptado por los jóvenes, los docentes y los padres en el mundo deportivo, se aplicara al mundo del estudio, todo andaría mucho mejor.
Elsa Irene Scopazzo
DNI 4.933.395
Números antipáticos
El artículo de LA NACION del domingo último dice: vuelven los aplazos a las escuelas de Buenos Aires. Me hubiera gustado leer: vuelven los plazos más largos para que los alumnos con dificultades adquieran ayuda adicional y especializada, y así logren aprender a leer y escribir sin frustrarse en el intento, vuelven los maestros que estimulan a sus alumnos, los que van a trabajar con una sonrisa, vuelve la música a las aulas, los recreos más largos, las clases con más participación de los niños y menos monopolio oral del docente, vuelve el 10 para todos los que se esfuerzan aunque se equivoquen, vuelve la emoción de la rayuela, las paredes pintadas con dibujos infantiles, la verdadera integración de los chicos con autismo u otras dolencias, vuelve el momento de ocio creativo, el dibujo libre, la doble hora de educación física, la hora de leer y sólo leer, lo que cada uno elige y porque es lindo, aunque no enseñe nada de nada.
Me hubiera gustado leer: las escuelas de Buenos Aires están llenas, los chicos adoran ir al colegio, se puso de moda aprender, el Ministerio de Educación está buscando la forma de que todas las escuelas tengan salones con colchonetas para relajarse unos minutos, conocerse, pensarse y volver al ámbito de la actividad escolar áulica con nueva energía. Pero nada de eso decía, lo que yo leí hablaba de números: antipáticos y controladores...
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