Cartas de los lectores

tucumán

Degradación

"A la sociedad no la van a corromper por una bolsa", dijo Aníbal Fernández. Eso es seguro. Pero se degrada la política, algo que quiere evitar su jefa directa, la Presidenta. Lo advirtió el sábado pasado, poniendo énfasis, cuando dijo, al referirse a lo sucedido en Tucumán: "Quieren poner en duda el sistema democrático. Dejémosles esa tarea a ellos", hablando de la oposición, sin nombrarla.

Ricardo O. Peixao

mailto:que.trascienda@gmail.com

Máquina del fraude

El 28 de junio de 2003, en las elecciones que llevaron por primera vez al alperovichismo al poder, un conjunto de once partidos políticos que conformábamos casi todo el arco opositor competimos contra el oficialismo. En muy disputadas elecciones terminamos, según los cómputos oficiales, a menos de 10 puntos del ganador. ¿Perdimos? ¿Fue ésa la diferencia real, si la hubo? Nunca lo sabremos. No logramos que se abran las urnas. En mi calidad de candidato a vicegobernador de la fuerza opositora (Frente Unión por Tucumán), fui privilegiado protagonista de todo lo que aconteció antes, durante y después de los comicios. Para muestra, un botón: en Colombres, una pequeña comuna del interior tucumano, el jueves previo a la elección en un muy concurrido acto político para la geografía de la zona, hablé ante el entusiasmo y el fervor generalizado de sus ciudadanos. ¡Querían el cambio! Nos volvimos con la sensación de triunfo en esa localidad. Grande fue la sorpresa cuando el escrutinio definitivo daba en una de sus urnas cuatro votos... Fue demasiado grosero. Difícil imaginar que en 72 horas todo ese pueblo nos había abandonado en su intención de voto. Como ése, cientos de casos.

En aquel entonces no se quemaron urnas, pero sí funcionó impiadosamente la máquina estatal del clientelismo, como los bolsones, la movilidad domiciliaria, el dinero público y todas las artimañas que uno pueda imaginarse. Lo que diferencia aquellos comicios del escándalo del 23 de agosto pasado es que en las sucesivas elecciones la "máquina del fraude" se fue perfeccionando cada vez más y el pueblo tucumano se fue dando cuenta de ello y llegó la hora de decirle ¡basta! Se sumó al fraude electoral la descomposición del cuadro socioeconómico que hoy está a la vista de todos. Prueba de ello es que entramos a esta elección con 14 rutas cortadas y acampes en la plaza Independencia, porque el campo en nuestra provincia está fundido y no precisamente por el poco esfuerzo de sus agricultores. Este desmadre...

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