Cartas de los Lectores

Principio básico

Luego de la matanza en París, numerosas voces han argumentado que la libertad de expresión no debe proteger a quienes ofenden. La libertad de expresión es el principio fundamental de Occidente. Protege a las ideas impopulares, a las ofensivas, a las insultantes. La libertad de expresión es el principio que nos permite desafiar al poder de turno, cambiar el statu quo, criticar lo que nos parece absurdo, ofender a los que piensan diferente. Cuando comenzamos a ponerle límites a la libertad de expresión, limitamos el intercambio de ideas en el espacio público, y cuando lo hacemos comenzamos a horadar el principio fundamental de la democracia.

Raúl Davaro

DNI 13.214.899

Ofensa

Sin perjuicio del horror del atentado de París, que por supuesto merece la más plena y enérgica condena, personalmente no puedo identificarme con un medio periodístico que se dedica sistemática y permanentemente a la injuria y ofensa sarcástica en profundos sentimientos de quienes afirmamos que son nuestros semejantes. El acto terrorista debe ser repudiado, pero yo no soy Charlie.

Juan Bautista Matienzo

DNI 8.573.230

Reparación

En el siglo XXI, los sistemas jurídicos basados en la libertad y la razón -no se puede sospechar que el francés no lo sea- proveen una panoplia de recursos judiciales idóneos para reprimir o castigar a quienes injurien, deshonren o desacrediten a personas individuales o colectivas. El impulso reparador está siempre a disposición de los ofendidos. El Estado provee los medios necesarios para procesar los agravios y decidir lo que en derecho corresponda. Ante la confusión conceptual en la que algunos incurren, haciendo recaer sobre las víctimas la responsabilidad por sucesos que no merecen otro calificativo que el de criminales, es necesario tener presente que la única violencia tolerable es la ejercida por el Estado, de acuerdo con lo establecido por el ordenamiento legal.

Dr. Eduardo H. Malamud

DNI 4.091.751

Ejemplo

El Papa acaba de dar otra muestra acabada de su valentía. Al hablar de los hechos ocurridos en Francia, refiriéndose a los límites de la libertad de expresión, como a lo dicho en Filipinas con respecto a la corrupción de la clase política, Francisco vuelve a dar un ejemplo contundente de lo que significa ser un dirigente responsable y comprometido. Como auténtico pastor, no se calla nada, ni se limita a decir lo que es políticamente correcto. Interpela invitando a la reflexión sin dejar de ser prudente. No piensa en él...

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