Cartas de los lectores

reforma penalIMPUNIDADLa impunidad fomenta la delincuencia e impulsa la corrupción. Esta verdad irrefutable deberá ser tenida en cuenta por los jueces al suscribir sus sentencias y por los legisladores cuando deban considerar reformas del Código Penal.Aniceto Molesaniceto.moles@gmail.comDESAPARECIDOS DE HOYNo forman parte de un ejército irregular ni desean tomar el poder. No son acreedores a monumentos ni a museos de la memoria. No reciben sus familiares suculentas indemnizaciones ni cargos públicos. Los muertos producto de la delincuencia criminal en la Argentina equivalen a tres guerras de Malvinas al año y en dos décadas suman, según estadísticas oficiales, la friolera de 54.000 muertos. Es decir, un estadio de fútbol completo. Esta cifra, según los expertos, hay que multiplicarla por diez si sumamos los que han quedado discapacitados, heridos, destruidos física, material y/o espiritualmente. El libro Nunca más reporta 7383 desaparecidos durante los dramáticos siete años de la dictadura militar entre 1976 y 1983. Hoy, en tres años o menos, las muertes violentas alcanzan esa cifra. En Rosario se produce una muerte violenta cada 18 horas. Según la OEA, la Argentina posee el índice de robos más alto de América. Terrible e impensada realidad.Ante este singular escenario no existe nada que otorgue seguridad y castigo a los que matan, violan y delinquen. Pero el Gobierno propone reformar el Código Penal para, acorde con las teorías abolicionistas de Zaffaroni, bajar o directamente eliminar penas. Han desaparecido el coraje, la vocación de servicio cívico y los valores. Las instituciones han sucumbido bajo la enredada marea del pensamiento "progresista". Desaparecida al fin la república y sus sabios equilibrios, la mayor preocupación de la población son la inseguridad y sus nefastas consecuencias, pero los políticos no hacen nada o, peor, lo hacen en sentido inverso. La indiferencia del Estado espanta, la representatividad colapsa, la incertidumbre abruma. Somos los desaparecidos de hoy, presos en libertad, seres invisibles para el Estado. Obligados a todo y con derecho a... nada. Se oscurece el horizonte para nuestros hijos, y de nosotros depende que no desaparezca también la esperanza. Debemos retornar al olvidado sistema republicano. Cualquier anhelo que soñemos o podamos realizar, intentémoslo ya; hay genio, poder y magia en el valor. Dios ha de querer que en un futuro no lejano una nueva camada de dirigentes así lo comprenda y actúe responsablemente en...

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