Cartas de los lectores

La protesta estudiantilENCUBRIMIENTOMe causaron sorpresa las declaraciones de las autoridades del Centro de Estudiantes del Colegio Nacional de Buenos Aires en el sentido de que no delatarían a los cinco o seis vándalos que intentaron quemar la iglesia más antigua de Buenos Aires. Una cosa es esconder las picardías y trapisondas que Miguel Cané cuenta en Juvenilia. Otra cosa es ocultar a los responsables de un delito. Eso se llama encubrimiento. Y debe tener sanción penal. Pero la actitud de estos estudiantes tiene también otro nombre: omertà. Ésta es "la costumbre propia de las organizaciones delictivas, especialmente mafiosas, de mantener el silencio sobre un delito o sus circunstancias para sustraer al culpable a la Justicia, y, por extensión, la solidaridad que se establece entre los miembros de un grupo determinado para esconder culpas para salvaguardar intereses comunes".O estos chicos son mafiosos o en su ignorancia y descontrol adoptan actitudes de la mafia.Juan Javier NegriDNI 8.536.656DIEZ QUE GRITANEl 5% de los padres de los alumnos que tomaron el Colegio Nacional de Buenos Aires se sumaron en apoyo de sus hijos. Más de 2000 tutores permanecieron en silencio. Nunca tan oportuno recordar la frase del general San Martín: "Más ruido hacen diez hombres que gritan que cien mil que están callados".Juan Carlos RaffoDNI 5.711.637LOS OTROS JÓVENESEn vista de los hechos protagonizados por alumnos del Colegio Nacional de Buenos Aires, resulta inevitable una breve reflexión. Los alumnos no fueron los únicos jóvenes en ser protagonistas la última semana, a pesar de que sean quizá los más mencionados. Los voluntarios de Techo también estuvieron en las calles, por la colecta anual de esta ONG. Y resulta interesante contrastar dos modos indiscutiblemente opuestos de perseguir un mismo fin: transformar una realidad que no se considera justa. El objetivo es igualmente válido para ambos, y siempre es estimulante saber que hay una juventud inquieta, con ánimos de ser parte de un cambio. Pero no debemos olvidar jamás que los medios con que esas metas son perseguidas resultan de vital importancia. Mientras los alumnos tomaron colegios y realizaron actos de vandalismo en la iglesia de San Ignacio de Loyola, los voluntarios salieron a la calle con pelucas, disfraces y demás adornos que estimulasen un espíritu solidario, promoviendo una participación conjunta de la sociedad para lograr su fin. Su medio no fue la disgregación, sino la integración, y la diferencia es...

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