Cartas de lectores

La perinola kirchneristaSe­ñor Di­rec­tor:"El gobierno nacional inventó, como parte sustancial de su modelo de país, la perinola kirchnerista. Para ello se ha valido de los buenos oficios de una oposición vacilante y dividida. Esta perinola se fue poco a poco dibujando con las ingeniosas ideas y aportes patrióticos de ministros, secretarios y jóvenes oficialistas aplaudidores, siempre bajo la atenta mirada de la jefa del Ejecutivo."Se trata de una versión libre del antiguo juego de familia. En sus seis caras sólo se repiten tres veces «todos ponen» y «toma todo». El juego es muy sencillo. Cuando sale «todos ponen», se envía al Congreso alguna ley para inventar o aumentar un impuesto, tasa o gravamen sin importar mucho su finalidad, se crea una retención a alguna actividad productiva o se ajusta alguna tarifa pública, porque el paraíso de los subsidios sin sentido no tiene por qué ser eterno."Cuando la perinola dice «toma todo», la orden es para el Estado, que, dispuesto y solícito, inmediatamente se apropia de los fondos de la Anses, de las obras sociales o del Banco Central, lo que sirva para mantener la dirección del barco."Como este barco no tiene un rumbo definido, el peligro es que cuando no se pueda poner más y no se pueda tomar más, se nos incendie, haya un motín y estemos en mitad del océano. ¿No habrá un político que termine con este juego?"Matías Aníbal RossiLE 7.609.522 mailto:matiasrossi2011@gmail.comLatido de vidaSe­ñor Di­rec­tor:"Leí la semana pasada la nota de Marcos Aguinis titulada «El aliento de la vida», donde expresa su postura sobre cuándo un ser humano comienza a ser tal, tergiversando, a mi modo de ver, el relato bíblico de la creación del hombre."Yo no tengo tantos conocimientos, tampoco pensamientos muy elaborados, ni recuerdos tan interesantes. Mi pensamiento es simple y mis recuerdos de experiencias vitales, comunes y cercanas."Recuerdo ese día hace ya once años en que fui a mi primera ecografía. Estaba embarazada de ocho semanas. Tenía miedo. Todavía no sabía bien qué era eso que se había apoderado de mi cuerpo. El médico ecografista, con mucha experiencia, mientras me hacía la ecografía me iba mostrando lo que ya podía verse de mi hijo. Yo no entendía nada ni podía ver mucho, pero en un momento me dijo: «Ahora lo vas a escuchar»."Un instante después, el consultorio se llenó de latidos. Rápidos, intensos, nuevitos, vibrantes, perfectamente acompasados, ¡humanos! ¡Dentro de mí había un ser humano! No sé si...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR