Cartas de lectores

Salir de la apatíaSe­ñor Di­rec­tor:"Nunca viajo en tren, pero estoy aterrada. No fue un tsunami u otra fuerza incontrolable de la naturaleza. La tragedia de Once fue producto de una serie de negligencias: el motorman que continuó la marcha sabiendo -al parecer- que los frenos no funcionaban bien y su superior que lo instó a hacerlo. Pero hay más: la firma Toshiba asegura que las unidades en buen estado de mantenimiento se plantan a la primera falla, y no lo hicieron."Hay presupuesto destinado a mejorar los trenes que no debe de haber llegado a destino. Hay carencia de supervisión y control. Sin duda, las culpas recaerán sobre los más débiles, comenzarán por el motorman. ¿Y todas las otras instancias? Seguramente, los auténticos responsables tendrán quien los respalde y saldrán ilesos. Pero no salieron ilesos los 50 muertos y los cientos de heridos."Tenemos el derecho de peticionar a las autoridades. Convoquemos a una marcha pacífica, pero firme, que exija controles suficientes del Estado. Venzamos la apatía, no esperemos que nos pase a nosotros. Atrevámonos a liberarnos de la abulia y exijamos que este tan útil transporte público tenga mantenimiento y controles suficientes para que las personas que viajan en él lo hagan con dignidad de seres humanos. ¿O piensa el Estado que no lo son?"Lilian FossatiDNI 3.278.256 mailto:liliansal@fibertel.com.arSin garantíasSe­ñor Di­rec­tor:"Es muy probable que el Gobierno se desligue de toda responsabilidad presentándose como querellante en el trágico suceso acaecido en la estación de Once. Pero, por sobre todas las cosas, ¿quién les quita el inmenso dolor a las verdaderas víctimas, a los familiares de esos padres, madres e hijos que una mañana muy temprano tomaron un tren y jamás regresaron? ¿Y quién nos garantiza y se hace cargo de que tremenda masacre no se repita?"Susana Gras Goyena mailto:sugrasgoyena@fibertel.com.arTragedia nacionalSe­ñor Di­rec­tor:"La irreparable tragedia de la estación Once nos enluta. Desde las absurdas palabras del secretario de Transporte hasta el abrumador silencio del resto de las autoridades, pasando por el cruce de imputaciones entre concesionarios, sindicalistas y políticos acerca de quiénes son los responsables de tantos muertos y heridos."Todo debe llevarnos a la reflexión. Porque si sucede como siempre, luego todo quedará igual. Es decir, el Gobierno que subsidia a las concesionarias con millones que nadie controla, o que estatiza las líneas para convertirlas en un nuevo fracaso como...

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