La carta de Cristina Kirchner que dinamita al Frente de Todos

Cristina Kirchner le plantea a Alberto Fernández un desafío de primera magnitud que pone en riesgo a la coalición de gobierno

Aturdida por el voto popular que desnudó los límites de su poder, Cristina Kirchner cometió un acto de autodestrucción política bajo el imperio de una emoción violenta. La idea de plantearle el miércoles un ultimátum público a Alberto Fernández para que se sometiera a su voluntad fue dinamita pura en los cimientos del Frente de Todos . La carta que publicó esta noche en medio de la crisis parece la carga definitiva sobre la coalición peronista que los argentinos eligieron para gobernar hasta 2023.

Dejó todo a la luz. "No podíamos ganar", confiesa. Lo atribuye a una "política de ajuste fiscal equivocada" que ella, en sus palabras, se cansó de advertir ante un Presidente que se negaba a verlo. La fuerza de la palabra escrita agiganta el impacto de su acusación de que el entorno de Fernández hace operaciones mediáticas en su contra, la revelación de los nombres que pidió para asumir como ministros y el desdén con el que alude, sin nombrarlo, al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, cuando pone: "Al día siguiente de semejante catástrofe política, uno escuchaba a algunos funcionarios y parecía que en este país no había pasado nada, fingiendo normalidad y, sobre todo, atornillándose a los sillones".

La reacción de la vicepresidenta sucede a unas declaraciones previas de Fernández en Página 12 , en las que alude a un supuesto acuerdo por la reforma del Gabinete que ella habría incumplido con las renuncias en masa que inició el miércoles Wado de Pedro . "Con presiones no me van a obligar", fue la frase desafiante que le dedicó su criatura presidencial.

Los intentos de alcanzar un acuerdo para desescalar la crisis en marcha parecían un mal chiste al caer la noche en Buenos Aires. Cristina acelera hacia lo desconocido, sin reparar ni en lo inverosímil que resulta ahora un repunte electoral en noviembre ni en las condiciones en que deja al Gobierno. Ya es una cuestión personal .

En las trincheras del albertismo retumba desde ayer la palabra "traición". De Pedro propició una cascada de renuncias que llegaron a los medios de comunicación antes que al despacho presidencial. En el manual del kirchnerismo eso constituye una declaración de guerra: así se lo habían hecho saber a Martín Guzmán en mayo, cuando quiso echar a través del periodismo al subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo .

El estupor es indisimulable en la Casa Rosada y en la quinta de Olivos en estas horas de indefinición y versiones cruzadas. Sus habitantes le gritaban "destituyente" a Mauricio Macri...

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