Carrió, el botón antipánico de Macri

Cambiemos cuenta con un botón antipánico incorporado que se acciona solo: se llama Elisa Carrió. Tiene un efecto altamente beneficioso porque empieza a sonar fuerte mucho antes de que los principales integrantes del Gobierno se den cuenta de que hay un peligro que los amenaza.

En la semana que pasó, Carrió volvió de sus vacaciones por Europa y se hizo sentir, aunque no todavía de manera presencial. Para eso habrá que esperar un poco más. Tal vez hasta el 1° de marzo cuando ocupe su banca en la inauguración de un nuevo período ordinario de sesiones en el Congreso para escuchar el mensaje del presidente de la República, su principal socio político.

Hay temas personales -su diabetes moderada y alguno que otro pico de presión que le advierten de la necesidad de regular su intensidad y también para estar más cerca de uno de los hijos de su segundo marido, que atraviesa un delicado estado de salud- que la mantienen por ahora, a distancia de micrófonos y cámaras.

Más allá de que no hace lo suficiente para bajar su consumo de cigarrillos, aunque se cuida un poco más en las comidas, se ha tomado en serio sus caminatas por la tarde en Capilla del Señor donde madruga, lee los diarios, habla por teléfono, recibe gente y cultiva el reparador hábito de la siesta. Intenta que sus incursiones porteñas sean breves y puntuales, y cuando eso sucede se refugia en el pequeño departamento de Recoleta en el que vive su hija.

Pero, aun así, parafraseando a una canción, "Lilita siempre está". Y vaya si está. En estos días se hizo notar con sugestivas piezas: un par en las que, por más que algunas veces se desmarque, reafirma su sólida pertenencia al gobierno de Cambiemos (un saludo entrañable por el cumpleaños N° 59 de Mauricio Macri y un comunicado de la Coalición Cívica ARI en el que ratifica "su compromiso para combatir a las mafias que amenazan la democracia", un tiro por elevación en la ofensiva oficial y judicial de los últimos tiempos contra Hugo Moyano).

Pero la pieza restante resultó áspera para el Gobierno porque la emprendió contra el ministro de Justicia, Germán Garavano que desistió de la acusación por encubrimiento contra los exfiscales de la causa AMIA, Eamon Müllen y José Barbaccia, que llevaba adelante su abogada personal Mariana Stilman, corrida de ese lugar, y que ahora Carrió hizo renunciar.

Aunque la arquitecta de Cambiemos -al cruzar de la vereda de UNEN y propiciar una difícil amalgama entre su partido, la Unión Cívica Radical y Pro hizo...

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