Carreras de galgos: una actividad que se resiste a la prohibición

MACACHÍN Y CARHUÉ.- Ahí van los ocho galgos con sus chaquetillas de colores y sus números camino a las gateras. A cada uno lo lleva un soltador, la correa corta, el paso tranquilo. No levantan polvo. La tierra de la pista está húmeda; el camión de la Municipalidad de Macachín le acaba de echar agua. Los soltadores les dan masajes. Uno agarra el señuelo -media botella plástica de gaseosa con un pedazo de silobolsa adentro- y lo agita adelante del hocico del perro. Les sacan las correas, y les colocan las trompetas, esos bozales plásticos para correr.

El golpe de las gateras al abrirse resuena en todo el predio de la Asociación Unión Vasca. Tanto que los galgos que esperan su turno para correr, atados allá lejos bajo la sombra de los olmos, se ponen a ladrar. Los soltadores pegan un salto. El encargado del pedaleo, un muchacho arrodillado en medio de la pista a unos 200 metros de la largada, les da a fondo a los pedales de una bicicleta dada vuelta para arrastrar el señuelo hacia él. Los dueños, los apostadores y el público arengan desde la tribuna y los costados de este hipódromo ahora devenido canódromo.

Uno, dos, tres... nueve segundos. Eso tardaron en recorrer los 150 metros. Los galgos se sacaron milésimas. Ahora se abalanzan sobre el señuelo como si fuera una liebre de verdad. Se torean y hay que separarlos. Es la única de la jornada que estos perros correrán. Una carrera cada quince. El premio de ésta es bajo, 1000 pesos, pero el resto -unas 20 hasta que baje el sol- reparten 2000, 3000 y hasta 10.000 pesos.

Pero Macachín, esta ciudad pampeana, no es una plaza demasiado fuerte: concurrieron unas 250 personas y se remataron en total unos 120.000 pesos en apuestas. La que todo galguero quisiera ganar, el Pellegrini de los galgos, es Marcos Juárez, donde se corre ahora en diciembre con cerca de un millón de pesos en juego.

Pero en Macachín como en Marcos Juárez, como en otros pueblos y ciudades del interior saben que la actividad puede ser finalmente prohibida. Es tema de conversación durante los asados, en la rotonda donde se presentan los perros, en las tribunas. En julio pasado un proyecto de ley impulsado por la senadora por Río Negro de la Alianza Frente Progresista, Magdalena Odarda, tuvo media sanción en esa Cámara. El proyecto prohíbe en todo el territorio nacional la realización de carreras de perros, cualquiera sea su raza, y sanciona con penas de prisión de tres meses a cuatro años y multas de 4000 a 80.000 pesos al que las...

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