¿Y si los carpinchos no son kirchneristas?

Empeñado en incentivar los estereotipos y prejuicios para exacerbar y sacar provecho de la fragmentación social, el kirchnerismo ahora quiere convertir a los carpinchos en una fuerza de choque.

Como si ya tuviera ganada la lucha contra el delito, la ministra de Seguridad de la Nación se ha ocupado de los carpinchos. Y salió a decir que, en realidad, esos animales integran una especie de ejército vengador contra los desarrolladores y los habitantes de los countries , que dañaron la naturaleza y destruyeron el ecosistema para construir sus casas y jardines. Lo dijo así: "La naturaleza devuelve el daño que le hacen. Sabemos el daño ambiental que provoca este tipo de emprendimientos inmobiliarios y las dificultades de los jueces para frenarlos. Esta es la factura por esos daños". En definitiva, lo que no pudieron los jueces lo vienen a hacer los carpinchos, en una especie de "justicia natural". Y cualquier daño que provoquen estos roedores bien merecido lo tienen los vecinos de Nordelta .

Si quedaba alguna duda de la intención de politizar a la fauna silvestre, la despejó Juan Grabois : "Con los carpinchos, hasta la victoria siempre. Si tocan a uno nos tocan a todos" , escribió en sus redes sociales. Ya está: el kirchnerismo se apropió de los carpinchos. Y los ha convertido en un batallón militante "al servicio de la causa". Sería desopilante si no fuera desolador.

El razonamiento es peligroso porque, en el fondo, celebra un supuesto acto de "justicia por mano propia". Si está bien que los roedores vengan a recuperar sus tierras y "a cobrarse una factura" como acto justiciero, ¿está bien que hagan lo mismo otros grupos organizados? En la cabeza de la ministra de Seguridad, la idea resulta al menos inquietante.

Frederic ha escrito, en realidad, un nuevo capítulo del "manual de prejuicios kirchneristas". El Gobierno ya había estigmatizado a los runners, a los que viajan a Miami, a los porteños, a los "padres organizados", a los que hicieron banderazos, a los "miserables" de los empresarios y a "los piqueteros de la abundancia", entre tantos otros. ¿Cómo se iban a olvidar de los habitantes de Nordelta? ¿Cómo no iban a alentar a los carpinchos para que salgan a atacar? Si nuevos ejércitos de roedores aparecen en otros countries o barrios que el kirchnerismo supone refractarios a sus consignas, habrá que mirar a Frederic. Después de todo, ya tiene una coartada: ¿cómo podría controlar a los carpinchos si no ha podido con la delincuencia?

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