Carmen Argibay: la ley por encima de las propias ideas

-La mayoría de la clase política festejó un fallo que fue calificado como un triunfo sobre la impunidad. ¿Cómo vivió esas reacciones y qué peso tuvo para usted haber votado en contra de la corriente en una decisión, digamos, tan impopular?-Fue una decisión sumamente difícil para mí porque no está en mi forma de pensar, ni en mis ideas, facilitar la impunidad de nadie. Fue una lucha interior entre lo yo creo que debe ser y el principio de la cosa juzgada. Por encima de mis gustos personales, e incluso de mis ideas, está la ley, y yo no puedo ignorarlo porque no podría seguir viviendo conmigo. Hubiera sido muy cómodo para mí sumarme a la mayoría porque, ¿quién me hubiera criticado? Nadie. Mucho menos, teniendo en cuenta mi historia personal. Probablemente al resto de la gente no le hubiera molestado que yo firmara con la mayoría, pero a mí sí. A mi conciencia, sí. De todas maneras, fue mucho el apoyo que recibí de gente que comparte que, si queremos salir adelante como sociedad, debemos respetar la Constitución siempre, no sólo cuando nos viene bien.-¿Cómo fueron esos apoyos?-La primera en llamarme fue una amiga, que estuvo secuestrada y fue torturada en la ESMA. Y me dijo: "Carmen, nosotros tenemos muchos muertos sobre nuestras espaldas, es la historia de nuestra generación, por esto te digo que estoy totalmente de acuerdo con lo que hiciste". Y eso, viniendo de una persona que no sabe cómo se salvó, es para mí mucho más importante que cualquier otra crítica que puedan hacerme. Yo sé que mis disidencias son antipáticas, y que no caen simpáticas en el Ejecutivo. O que, al menos, sorprenden.-¿Por qué cree que sorprenden?-Y, bueno, porque hay prejuicios. Y porque, en general, se parte del presupuesto de que todo el mundo es vengativo. Y, si ese señor fue o es tu enemigo, entonces hay que fallarle en contra. Y no: si tiene razón, hay que fallarle a favor, aunque no me guste el señor. Yo me centro en los hechos.-No está mirando las encuestas.-No, no miro eso. A veces, sí, trato de no ser demasiado hiriente. Porque puedo ser hiriente si quiero, ¿eh?-Bueno, tampoco está obligada a ser la Madre Teresa...-No lo soy, y creo que no hubiera podido serlo nunca, pero bueno...-¿Es difícil mantenerse independiente en un gobierno con tanta vocación de avanzar sobre el resto de los poderes? Por ejemplo, ¿tiene relación con Kirchner, con Cristina o con Alberto Fernández?-Ninguna. Por lo pronto, al Presidente lo he visto dos veces en mi vida: una, cuando me ofreció el cargo, y...

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