Qué características similares a una secta tenía la comunidad terapéutica por la que fue detenido Teto Medina

Marcelo "Teto" Medina dijo en su indagatoria que solo recibía un pago de 10.000 pesos por charlas y un adicional de 2500 pesos si mediante su recomendación se sumaba al centro un paciente

La investigación judicial sobre la comunidad terapéutica denominada La Razón de Vivir expuso que el movimiento dentro de las quintas usadas como centros de tratamiento de adicciones era bastante similar al observado en los casos de las sectas. Se reforzaba allí una escenificación que tendía a reducir a la servidumbre a las víctimas. Y si alguien se rebelaba recibía toda clase de presiones psicológicas y castigos físicos para evitar "una fuga".

El fiscal Ernesto Ichazo estableció los, por ahora, presuntos niveles de responsabilidad de los detenidos. Y definió al solicitar los arrestos que en los lugares bajo investigación se "ejercía violencia física, psicológica y simbólica sobre las víctimas" . También indicó que se había armado un sistema para recapturar a las personas que escapaban, se controlaban las comunicaciones de los internados con sus familiares y se hacía ingerir "medicamentos sin prescripción médica y en secreto al mezclarse con las bebidas" . Además, se determinó que no tenían título habilitante dos mujeres que se presentaban a los pacientes como psicólogas y que "ejercían actos propios de esa profesión".

Fue señalado como líder de esa organización Néstor Ezequiel Zelaya, director general de La Razón de Vivir . Para el fiscal Ichazo, es el responsable de establecer los mecanismos de control que debían aplicarse en las quintas ubicadas en La Matanza, General Rodríguez, Almirante Brown, Florencio Varela (en tres barrios) y la localidad cordobesa de Bialet Massé. También definía, según la acusación, cuáles serían los tipos de violencia física, psicológica y simbólica que sufrirían las víctimas. Él era, también, quien decidía cuándo uno de los pacientes recibiría el alta definitiva, explicaron fuentes judiciales a LA NACION.

Allegados a la comunidad terapéutica La Razón de Vivir se manifestaron frente a la fiscalía en reclamo de la libertad de los detenidos

De Zelaya dependía la red de quintas, cada una de las cuales tenía a su vez un director que se encargaba de ejecutar las órdenes del director general, controlar a las víctimas y a los operadores-coordinadores, difundir los mensajes y cobrar los aranceles, controlar que a las víctimas les quiten la medicación que tuvieran al ingresar a las quintas y asegurarse de que no la tomen. Entre los...

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