Capitanich ató la suerte de la economía a la energía

Tres veces machacó en el tema. , jefe de Gabinete, buscó ayer transmitirles la descripción de un gobierno distinto del que ellos dicen estar viendo. Una administración racional, abocada a criterios tan afines al establishment como la previsibilidad, la austeridad fiscal, la competitividad o las oportunidades de inversión. Y, con insistencia llamativa, volvió en tres pasajes del discurso a un concepto que a la luz del kirchnerismo resulta inaugural: las cuentas del Estado están atadas a lo que pase con , que irá bajando a medida que se reduzcan subsidios.Fue casi una obsesión del orador en el hotel Alvear, durante el almuerzo que el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp) organiza periódicamente con un invitado especial, en este caso Capitanich, el primer funcionario en ir después de muchos años."La sostenibilidad fiscal de la Argentina está asociada al autoabastecimiento energético. En los próximos cinco años, los servicios de la deuda y los subsidios van a ser decrecientes", dijo al principio, ante un auditorio que ayer, y a diferencia de otros encuentros ante expositores como Daniel Scioli, Sergio Massa o Ricardo Lorenzetti, tuvo una concurrencia empresarial algo más acotada. Aun con presencias relevantes como las de Eduardo Eurnekian (presidente del Cicyp y Corporación América), Alejandro Bulgheroni (Pan American Energy), Carlos García (Garbarino), Héctor Méndez (Unión Industrial Argentina), Adelmo Gabbi (Bolsa de Comercio), Gustavo Weiss (Cámara de la Construcción) o Carlos de la Vega (Cámara de Comercio)."El principal desafío es lograr el autoabastecimiento energético", recordó después, y volvió sobre la idea en el final: "El tema energético es la clave de la proyección sustentable del crecimiento macroeconómico del país".Una insistencia tardía, pero sugestiva para empresarios habituados desde 2003 a una política exactamente opuesta. El autoabastecimiento petrolero, perseguido ahora por la Argentina desde que Axel Kicillof tomó las riendas de la economía, sólo se consiguió en tres oportunidades: en 1962, con Arturo Frondizi; en 1988, con Raúl Alfonsín, y en 1992, con Carlos Menem. En los últimos años, se perdió.Capitanich habló a lo Capitanich. Extenso, formal y generoso en varias de sus muletillas preferidas. Como la ya conocida "desde...

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