En la Capital, cada tres horas hubo un detenido 'in fraganti'

Eran las 9.30 del domingo y el uruguayo Miguel Ángel Colman, junto con un cómplice que aún no pudo ser identificado, ingresó en la panadería Co-Pain, de Caballito, y robó 400 pesos que habían sido recaudados con las primeras ventas de la mañana. Indignado por el asalto, uno de los empleados del local corrió a los ladrones y, ya en el Parque Centenario, alcanzó al ladrón y lo redujo hasta que llegaron los agentes de la Policía de la Ciudad, a quienes se los entregó.

Treinta horas después de esa detención, Colman fue condenado por el juez de instrucción porteño Hernán López a la pena de un año de prisión de cumplimiento efectivo al ser hallado culpable del delito de robo simple. Aunque deberá estar en la cárcel durante 36 meses porque se le unificó la nueva pena con una condena de dos años en suspenso recibida en un juicio anterior.

Fue condenado tan rápido en un juicio abreviado porque su caso se trató bajo las reglas procesales decretadas por la ley de flagrancia, que rige desde el 1° de diciembre.

Según un informe del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, durante el último turno judicial (entre el 16 y 31 del mes pasado) hubo en la ciudad de Buenos Aires 123 causas por flagrancia.

Según el análisis de esos expedientes judiciales, fueron detenidos ocho delincuentes por día, un promedio de uno cada tres horas.

Un informe del Gobierno difundido el año pasado había determinado que la tasa de robos en la Capital fue de 2064 casos cada 100.000 habitantes, es decir, 170 denuncias por este tipo de delitos por día -sin incluir la modalidad de hurto-, o siete por hora. Así, en el lapso en que cae un delincuente "in fraganti" se sabe que se cometieron al menos 21 robos.

La ley 27.272, aprobada por el Congreso el 7 de septiembre y vigente desde hace dos meses, prevé que las personas detenidas "in fraganti" -inmediatamente antes, durante o inmediatamente después del hecho, y con las pruebas de haberlo cometido- deben ser llevadas ante un juez entre 24 y 48 horas después para hacer una audiencia oral y pública donde se decidirá su libertad. La norma se aplica sólo en caso de delitos menores o en aquellos de gravedad cuya pena no supere los 15 años de cárcel.

Desde la detención de los imputados hasta la primera audiencia con el juez, el fiscal y la defensa del acusado hubo, en promedio, 30 horas.

Además de en la Capital, la ley de flagrancia rige en Mendoza, Misiones y Corrientes. En otras provincias aún hay resistencia a aplicarla.

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