Caos vehicular: buscan ordenar el tránsito frente a las escuelas porteñas

El barrio comienza a despertarse. Algunas personas se preparan para ir a trabajar; otras sacan a pasear a sus perros. Las escuelas de la zona abren sus puertas. Parece tranquilo, pero en pocos minutos, y durante no más de media hora, el lugar se volverá vertiginoso. Los vehículos se detienen en doble fila frente a los colegios; los automovilistas enojados que apenas pueden avanzar se hacen oír a los bocinazos mientras los peatones hacen peripecias para caminar entre obstáculos y rodados parados en lugares prohibidos. Se oyen discusiones.

La imagen es la misma en cada punto de la ciudad donde se agrupan varias instituciones educativas. Se repite a la mañana y a la tarde, en pleno horario pico escolar. Es un problema de vieja data en el que quedan expuestas la falta de lugares para estacionar en la vía pública, la preocupación de los padres porque sus hijos ingresen en las escuelas y el incremento del parque vehicular.

"No tengo otro lugar para dejar el auto. Son dos minutos nada más", dice una mujer que lleva a su hija a un colegio de Caballito mientras camina apresurada. Su vehículo quedó cerrado y con las balizas puestas en la salida del garaje de una casa vecina.

Quizá para atenuar o resolver estos incidentes cotidianos, el gobierno porteño incluyó en el plan de seguridad vial presentado semanas atrás uno de sus objetivos más delicados: que los entornos de las escuelas sean más seguros y organizados.

Para ello, la Subsecretaría de Transporte comenzó a presentarles a los directores el proyecto Sube y Baja, que a través de sugerencias y prácticas de convivencia promueve el ordenamiento del tránsito en la entrada y la salida de los colegios en las zonas con mayor flujo vehicular.

La puesta en práctica del plan quedará supeditada a las necesidades de cada colegio, indicaron las fuentes consultadas, y estimaron que para septiembre próximo 20 escuelas (la mayoría de ellas ubicadas en Palermo, Belgrano y Caballito) se sumarán al proyecto.

Se propone, por ejemplo, determinar un área exclusiva para la detención de automóviles y otra para el transporte escolar cuya autorización debe ser avalada por la Dirección de Tránsito -este espacio no debe entorpecer la circulación-.

También se podrían establecer horarios distintos, con diferencia de 10 a 20 minutos, para la llegada o la salida de los alumnos según el medio de transporte con el que asistan a clase y en forma proporcional según la prioridad que tenga cada uno. Otra posibilidad es la selección...

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