El caos del kirchnerismo huérfano y el regreso del pánico económico

Cristina Kirchner, al recibir el doctorado honoris causa de la Universidad Nacional de Río Negro en la misma semana en que se conocieron los fundamentos de su condena por corrupción

Cristina Kirchner se ha convertido para sus fieles en una profetisa hermética. Garante política de un programa de ajuste que desprecia. Líder peronista que se niega a ser candidata sin ofrecer opciones. Oradora nostálgica y pesimista que alienta un gran acuerdo nacional como solución a los males argentinos, como quien propone el cruce de los Andes a un banco de peces.

La incomodidad de la jefa se enmascara apenas en la frágil coartada de la proscripción . Es un refugio seguro para su legado que le da sentido épico a la condena por corrupción cuyos fundamentos acaban de difundirse y al mismo tiempo le evita el trago amargo de poner a prueba el mito del invicto electoral. Ese módico consuelo personal está provocando la implosión del sistema kirchnerista , que había sobrevivido como un bloque monolítico a la paulatina descomposición interna del Frente de Todos .

Por primera vez La Cámpora deja que se vean las divisiones de criterio y celos personales entre sus comisarios. El Instituto Patria se despega de "los pibes", Axel Kicillof construye un salvavidas a medida, mientras los intendentes del conurbano escuchan ofertas, obsesionados con retener sus señoríos. Reina un desconcierto que ya no se supera cuando la Jefa decide pronunciarse.

El "Luche y Vuelve" en Avellaneda, con Máximo Kirchner y Andrés Larroque, entre otros dirigentes del kirchnerismo bonaerense

Cristina se alarmó esta semana por el revuelo que generó en campo propio la visita del ministro camporista Wado de Pedro a la feria Expoagro y sobre todo por sus fotos amistosas con Jorge Rendo , directivo del Grupo Clarín a quien el kirchnerismo acusa de hacer lobby judicial para perjudicar a la vicepresidenta. Intervino en persona para moderar las críticas públicas y hasta decidió darle un nada sutil respaldo a su discípulo en el discurso que dio el viernes en la Universidad Nacional de Río Negro . Dijo que había sido De Pedro quien mejor la defendió ante la ratificación de la condena, cuando escribió que "el Código Penal ha reemplazado el Código Electoral".

No fue casual la alusión a esa frase que adorna el relato de la proscripción cuando a De Pedro un sector de La Cámpora, liderado por Andrés Larroque , lo señala por sus aparentes intenciones de suplantar a Cristina en lugar de "luchar" para que ella "vuelva" a competir.

El cortocircuito ahonda la perplejidad del ala dura del kirchnerismo, al que primero le exigieron tolerar con silencio militante el plan negociado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para no entorpecer la misión estabilizadora de Sergio Massa y ahora se le pide que naturalice la camaradería con aquellos a los que acusan insistentemente de promover un "Estado mafioso".

El camporista De Pedro, en Expoagro; Cristina lo rescató de las críticas...

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