Canje: un sector del Gobierno presiona para lograr un acuerdo

El tiempo no se percibe como único. Tampoco en el proceso de reestructuración de la deuda. Parte del oficialismo apurado por evitar un default y evitar las consecuencias de una negociación extendida impulsa al ministro de Economía, Martín Guzmán, a cerrar un acuerdo con los acreedores con títulos midiendo, como nunca, el impacto negativo que esa incertidumbre genera tanto en las encuestas políticas como en los números de la economía.Guzmán entiende ese impacto. Pero su juego es otro. "Juega al fleje", ilustran y cuentan cerca de él. La extensión de las negociaciones más allá de mañana, cuando vence la prórroga que el Gobierno y los acreedores acordaron el 22 de mayo pasado, permitirá a su equipo seguir puliendo una propuesta que, centavo a centavo, significarán millones de dólares por año al país. Su eje, como desde que se sentó en el sillón del Ministerio de Hacienda, sigue siendo la sostenibilidad a largo plazo, algo que a nivel político resulta inentendible, sobre todo en tiempos de pandemia, con cada vez menos reservas y con un "supercepo" que día a día se torna más cerrado."El proceso normal sería ir con una oferta que tenga mayor acompañamiento de distintos inversores", dijeron ayer a LA NACION fuentes que forman parte de la negociación dentro del Palacio de Hacienda. Dan a entender que el proceso de negociación volverá a extenderse más allá del vencimiento de mañana. Como contó LA NACION el viernes, mañana se cumple un nuevo deadline, el tercero, para el camino que emprendió Guzmán meses atrás.Las opciones que se abrían eran dos. Sin acompañamiento de los comités de acreedores, el Gobierno se hubiera visto obligado a presentar una enmienda a la oferta original de fines de abril. Esa oferta tendría que bajar mucho las expectativas argentinas. Caso contrario, llegaría la aceleración de los bonos que están en default y se gatillarían los credit swap default (CSD). Formalmente, ese es el momento de la cesación de pagos soberana.La otra opción, la preferida por el Ministerio de Economía, intentará extender por un nuevo plazo las negociaciones con los acreedores. Pero como la Argentina se encuentra en default selectivo, esta opción es solo válida con los comités de acreedores sentados a la mesa y con "buena fe" para seguir negociando. La buena fe se traduce como nuevos acuerdos de confidencialidad para afinar números finales y la disposición a hacer mejores propuestas, algo que, descuentan fuentes oficiales, llegará en los próximos días.El...

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