La Cámpora quiere viajar en la mochila de Scioli

Lo más sorpresivo que Ariel Langer, un economista que militó en Tontos pero no Tanto (TNT), la corriente universitaria fundada por Axel Kicillof en los 90, podía insinuar delante de empresarios que creen haber escuchado ya todo tipo de extravagancias era la posibilidad de que, si Daniel Scioli llega a presidente y los astros son favorables, él siga trabajando en el Palacio de Hacienda. Acaba de hacerlo. Muy en confianza, seguro de que un pequeño lujo tribunero no sorprendería a un auditorio de hombres de negocios, el subsecretario de Comercio Interior confesó estar juntando ahorros para ver a River en el Mundial de Clubes entre el 10 y el 20 de diciembre en Osaka y Yokohama, Japón, aunque descartó un viaje extenso porque, agregó, tiene que volver a trabajar al Ministerio de Economía. A sus interlocutores no se les escapó ese último detalle. Hace dos jueves, Augusto Costa, jefe directo de Langer en el ministerio, fue incluso más preciso ante ejecutivos de la industria de la alimentación. "Axel va a ser diputado, pero yo espero estar el 11 de diciembre", soltó. ¿Dato revelador? ¿Exceso de optimismo entre los funcionarios?

Los empresarios no saben todavía si tomarlos en serio. Prefieren interpretarlo más bien como táctica destinada a evitar perder autoridad en esa tarea a la que Costa y Langer le han dedicado tanto tiempo: el disciplinamiento de los precios.

Tal vez ese resguardo explique algunas de las últimas sobreactuaciones. Aquel jueves, mientras se ofuscaba porque al parecer no se están cumpliendo del todo los acuerdos con el Gobierno, Costa objetó que algunas compañías estuvieran maquillando aumentos mediante cambios en las fórmulas. Viejo ardid empresarial ante los controles de precios: un yogur con hierro o vitaminas adicionales es un producto nuevo y merece otro valor. El problema fue que usó la palabra "estafa" e incomodó al abogado Daniel Funes de Rioja, líder de Copal, la cámara más poderosa del sector, que le reprochó que les estuviera atribuyendo semejante delito. "¿Y cómo lo tengo que llamar?", se exasperó Costa, y el directivo insistió en discutirlo en otros términos.

Incluso si no fuera cierto que parte del staff de Kicillof seguirá conduciendo la economía en caso de ganar Scioli, es atendible que los herederos de Guillermo Moreno quieran estirar todo lo posible el plazo antes de caer en la debilidad del pato rengo. Más frente a corporaciones despiadadas ante los cambios de ciclo: el miércoles, en el Consejo de las Américas...

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