Ya sin el campeón, los equipos argentinos no la tienen fácil

Nada es lo que parece en el universo del balón, que entra o sale según su antojo. Días atrás, los equipos argentinos que habitaban la Copa Libertadores hacían cuentas en el exceso: la mayoría creía que iba a pasar los seis equipos nacionales, luego del zarpazo final de River. Mientras ya se palpita la trilogía superclásica que se vendrá, había confianza en los últimos boletos. Huracán debía ganar y San Lorenzo esperar otro resultado, nada descabellado. Sin embargo, el Globo se desinfló en Venezuela y el campeón se desparramó en el Bajo Flores, con los oídos enrojecidos desde el Morumbí. Al final, de los seis, atravesaron la segunda línea de largada apenas cuatro. En cambio, los conjuntos brasileños (sin la clase de sus colegas de otro tiempo y un escalón debajo de los nuestros en cuanto a estilo y estadísticas), presionados y al borde del KO, siguen todos. Atlético Mineiro y San Pablo, pese a las dificultades y con lo justo, en la última jornada; Internacional y Cruzeiro, también en la fecha final, aunque más previsibles.

Habrá, seguro, un equipo argentino en los cuartos: River o Boca, lógicamente. Y, también, dos conjuntos brasileños saltarán en la misma sintonía: se eliminarán entre Cruzeiro y San Pablo y entre Internacional, de Porto Alegre, y Atlético Mineiro.

La corona que extravió el Ciclón, en un grupo complejo (Cortinthians y San Pablo permanecen, luego de un duelo que por estos pagos provocó sospechas), les abre el juego a sus colegas poderosos, como Boca, con puntaje ideal; River, con el último sorbo; Racing, con suficiente antelación, y Estudiantes, con su antigua mística. Sin embargo, todos tendrán (ahora o en los hipotéticos cuartos de final), cruces durísimos para alcanzar la copa que apenas unos meses atrás sostuvieron por primera vez Leandro Romagnoli, Pichi Mercier y compañía.

El ganador de River y Boca no encontrará respiro días más tarde, luego de un choque que tendrá componentes psicológicos y futboleros: les tocará San Pablo o Cruzeiro. Ninguno ofreció clases abiertas de buen gusto hasta ahora, pero tienen individualidades de jerarquía que pueden despertar de su encierro en cualquier momento. No tanto los azules, aunque sí el tricolor: como Pato, como Ganso, como Michel Bastos.

Y en ese camino, tiempo después de la Copa América, se disputarán las semifinales. Boca o River, acaso, se enfrenten con Racing, que en una primera instancia tendrá el cruce, en apariencia, más sencillo: Wanderers, de Montevideo. Aunque hay que...

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