Campeón de cuerpo y alma

Campeón, con fútbol y de prepo, porque nunca se creyó menos que nadie, hasta cuando parecía que estaba por debajo de muchos, en los albores de la Copa. Este River va por el fútbol como una fiera hambrienta. Ataca, acosa, devora, disfruta. Juega, transpira y festeja. Esa es la secuencia de sus últimos tiempos. No afloja, pide y quiere más.

Llovió mucho anoche, como en 1986, año de la primera Copa Libertadores, trofeo que cortó el maleficio de las finales perdidas en 1966 y 1976. Aquella jornada consagratoria en el Monumental, tan destemplada y gloriosa como la de anoche, ponía distancia, daba una vuelta de página en un River que tres años antes, en 1983, casi desciende. Era una resurrección, impulsada por una dirigencia nueva, la que encabezaba Hugo Santilli, y un director técnico, el "Bambino" Veira, que fue un pionero en lo motivacional, antes de que se convirtiera en ciencia.

El destino se hizo circular para River. Casi 30 años después, otro diluvio bendijo en el Monumental la conquista de la tercera Libertadores. Otra entrada en el Olimpo para poner tierra sobre la caída a los infiernos que fue el descenso de 2011. Ayer, en la cancha hubo cuatro emblemas que pusieron el hombro en lo que fue la travesía del desierto de la B...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR