Una campaña auditada por Carrió

Una llamada telefónica de es dentro de Cambiemos un hecho político en sí mismo. La diputada volvió a utilizar ese recurso el domingo, apenas regresada al país, cuando le expuso a Mauricio Macri una inquietud recurrente de estos meses: los conflictos de intereses en que el Presidente, empresario, puede incurrir en el ejercicio del poder. Fue otra conversación cruda, que terminó de impulsar los dos decretos que el Gobierno pretende publicar con el propósito de regular en adelante los juicios y las contrataciones que involucren a empresas de sus funcionarios. Nada que no hayan tenido que resolver o estén obligados a hacer otros líderes en el mundo. Piñera, Trump.

Carrió se quedó tranquila y, el miércoles, horas después de que el jefe del Estado anunció en la apertura de sesiones ordinarias su voluntad de tomar esas medidas, expuso delante de las cámaras de TV una conclusión sobre Macri que lleva su impronta: "Va a haber corrupción, pero no de él, y yo la voy a denunciar. Hay muchos que quieren hacer negocios en todos los ministerios, pero yo los estoy mirando y los voy a sacar a la luz. Porque la Argentina que nos votó no se merece que la traicionemos. Mientras este presidente no cometa delitos yo lo voy a defender", dijo al programa A Dos Voces, en TN.

Es cierto que la diputada no necesitaba la crisis del Correo para convertirse en la auditora más implacable que tiene el Gobierno. Pero hay movimientos suyos más o menos recientes que, a la luz de este conflicto, cobran ahora especial importancia. Uno de ellos se conoció a fines de diciembre, horas después del alejamiento de Alfonso Prat-Gay, cuando trascendió la posibilidad de que a ésa siguieran otras renuncias. Entre ellas, la de Carlos Balbín, procurador del Tesoro, ahora a cargo de la investigación sobre quienes intervinieron en el acuerdo con la empresa desde 2001 y el abogado a quien Socma olvidó el año pasado notificarle algo elemental: le estaba iniciando juicio al Estado por la estatización.

Balbín está en el Gobierno por consejo de Carrió. Ella lo propuso en su momento ante Macri no sólo como un jurista honesto, sino como un candidato que, a diferencia de otros formados en grandes estudios jurídicos, no se desempeñaría en ese cargo como defensor de los intereses de empresas, sino que trabajaría para evitarle traspiés legales al Poder Ejecutivo. Fue Balbín, por ejemplo, quien coincidió con la diputada en la necesidad de audiencias públicas para las tarifas.

Doctorado en la Universidad...

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