Con la camiseta puesta

Adriana G: "Hace bien transmitir experiencias para ayudar a otros"Cuando ya faltaba poco para recibir el alta de cuatro años de tratamiento de un primer cáncer, a los 44 años le detectaron una recidiva sobre la cicatriz mamaria y tuvieron que volver a operarla. Esta vez, el tratamiento tenía que ser más agresivo."Antes de comenzar, decidí cortarme el pelo para hacerme una peluca, porque tenía que mostrarme bien ante mis hijos y en mi trabajo [es decoradora de interiores]. Continuar la rutina, tratar de que todo siguiera igual", cuenta.Dice que después del cáncer siente urgencia de hacer los controles porque "cuando termina el tratamiento se siente alivio por un lado, pero también la falta de protección".Su consejo siempre es positivo: "Hay algo que (la enfermedad) nos tiene que aportar a los que la padecemos y a los que nos rodean. Hace bien transmitir experiencias para ayudar a otros".Humberto: "El 1% de los cánceres mamarios aparece en los hombres"Tranquilidad es lo que prevaleció en la casa de la familia Galelli. Era lo que les tocaba vivir. "Siempre nos acompañamos entre todos, con mis hijos. Siempre supimos que era un obstáculo por superar", asegura. Por indicación médica, con Emilia, su esposa, le insiste a su hijo que también se haga chequeos mamarios anuales."El 1% de los cánceres mamarios aparece en los hombres. Por eso, cada vez que voy a hacerme un estudio -cuenta- la recepcionista nos dice a mi esposa y a mí que nos confundimos cuando ve mi credencial, porque espera la credencial de Emilia."Está bien de salud y tiene que hacerse controles cada seis meses.Mabel: "Tomado a tiempo, el cáncer tiene una curación del 90-96%""Siempre hice todos los controles -asegura-. Fui metódica y prolija, cada año, en agosto, los repetía...