'Los caminos del cine y de la TV se juntaron'

"Mi vanidad –dice– no está puesta en ser una persona pública."–¿En dónde está puesta?–Durante mucho tiempo, quizás, estuvo en lograr el reconocimiento interno entre la gente del medio.El medio (o su medio) es la televisión. El reconocimiento llegó. De hecho, Daniel Barone (de quien se habla) es el director de muchos unitarios y tiras de Pol-ka de las cuales los actores hablan maravillas. Dirigió, por ejemplo, El puntero, Mujeres asesinas, Para vestir santos, Vulnerables, Culpables, Tratame bien, Tiempos compulsivos y Farsantes, su primera tira diaria, en la que dirigió sus exteriores.Hace unos meses, Julio Chávez le propuso que lo dirigiera en Red, la obra que estrenarán en pocos días en La Plaza. "No es bueno acomodarse en lo seguro –se dijo, y aceptó–. Durante los dos meses de trabajo en la sala de ensayo me la pasé llorando como un tarado en cada final de acto", cuenta.Fue Adrián Suar quien lo "detectó" mientras grababan Poliladron. Él, en ese momento, era asistente. Formaba parte de un grupo que venía del cine con el deseo de que esa experiencia televisiva se conviertiera en un paso hacia el cine. Pero no fue así (o sí): "Con la muerte del 35 milímetros, 17 años después, la televisión y el cine se encontraron. Cuando de golpe uno pensaba que estaba listo para pasar al formato que siempre había soñado, los caminos se juntaron. Yo creo que somos trabajadores de la televisión que estamos al borde de la actividad meramente artística", apunta con esa manera de hablar siempre en primera persona del plural como refugiándose (y apostando) al trabajo grupal.Barone siempre pensó a la televisión como un espacio de expresión artística. Lo dice con cierto temor, como hablando bajito. Por eso, acota: "Claro que hablar en esos términos cuando tenés que meter 40 escenas suena a ser un tremendo caradura". Entonces, se ríe con ganas. Su primera experiencia de grabar en esos tiempos de vértigo fue con Farsantes. Ese proyecto iba a ser un unitario, pero, cosa de la lógica televisiva, pasó a ser una tira diaria.Hasta ese momento estaba acostumbrado a los unitarios, a manejar otros tiempos, a bucear en las sutilezas. Por ejemplo, cuando hizo Hombres de honor tenía todas las películas de Scorsese sobre la mesa para jugar con la paleta de colores. Cuando hizo Vulnerables venía de ver Ciudad de ángeles, de Robert Altman, y estaba fascinado con la estructura coral de relato. Vivió como un duelo entrar en la lógica de una tira diaria, pero se fue acomodando.Barone ingresó a la...

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