Camila Brusotti: 'Brochero hizo un milagro por mí'

"El año pasado fuimos a la iglesia de Brochero [en Córdoba] y una señora estaba contando mi historia. Dijo que me habían pegado fuerte en la cabeza y. esas cosas. Mi hermanastro les dijo que me conocía y yo dije: «Soy yo»."

Camila Brusotti, de 10 años, dirige su mirada suave al interlocutor cuando intenta buscar un recuerdo. Ayer se cumplieron dos años desde que volvió a caminar sola, después de que los médicos le pronosticaron la muerte o la vida vegetativa. La golpiza que sufrió en su casa -por la que su madre y su padrastro están detenidos y procesados, acusados de intento de homicidio- la dejó frente a esa terrible encrucijada.

Pero las previsiones científicas no se cumplieron. Al contrario. Mejoró progresivamente sin que los médicos pudieran dar una explicación. "Éste es el milagro que llevará a Brochero a la canonización", repetía en diciembre de 2013 a su esposa Raúl Ríos, abuelo materno de Camila, a quien había "puesto en manos" de ese sacerdote.

El viernes pasado el Papa firmó un decreto que ratifica la corazonada del abuelo y une para siempre la vida de la mayor de sus seis nietos con la del cura gaucho de cuya muerte hoy se cumplen 102 años. De ahí que el celular de Javier Brusotti, padre de Camila, recibiera el viernes 137 llamadas, que no atendió.

Con 41 años, Brusotti tiene la tenencia provisoria de su hija desde que le dieron el alta, en diciembre de 2013. "Tengo que mantener mi trabajo y no me es posible estar atendiendo a todos los periodistas", explicó a LA NACION, medio al que recibió ayer en su casa.

"Yo siempre he creído, pero me cuesta explicar qué es un milagro. Es algo muy fuerte. Cuando me dijeron que Camila estaba mal, que tenía 72 horas de vida o quedaría vegetativa, en un primer momento le pedí a Dios. Después empecé a rezar a todas las vírgenes y santos de las estampitas que me daban. Ahora se comprobó que se curó por intermediación de Brochero, a quien también recé. Bienvenido sea. Estoy muy agradecido y me siento en deuda porque yo pedí por la vida de Camila y ella está acá, viva", cuenta. Él creía que alucinaba cuando, en coma, Camila movía una piernita al momento en que él le hacía escuchar alguna canción de Violetta o le apretaba la mano para responder que lo escuchaba.

Su hija tampoco sabe definir qué es un milagro. Pero no tiene dudas en repetir lo que le han contado: "Cuando yo estaba internada, Brochero hizo un milagro por mí".

Cuando su madre llegó al Centro Integral de la Mujer y el Niño (Cimyn) de...

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