Cameron pone a sus pares europeos ante una encrucijada

LONDRES.- Ahora que tiene más poder que nunca, el primer ministro británico, David Cameron, invitó a sus socios de la Unión Europea (UE) a elegir entre lo malo y lo peor.

El mismo día desde su sorprendente triunfo electoral les advirtió que honrará su promesa de convocar un referéndum que definirá si Gran Bretaña sigue o no en el bloque. Él se ofrece para negociar un estatus especial para su país y luego hacer campaña por el sí.

A los líderes de la UE el proyecto de Cameron, vigorizado por la mayoría absoluta que ganó el jueves, los empujó a un laberinto en el que todas las salidas pueden conducir a una desintegración del andamiaje comunitario.

La opción A que propone Cameron implicaría exceptuar a Gran Bretaña del cumplimiento de reglas esenciales de la Unión, como la libre circulación de ciudadanos comunitarios. La opción B es rechazar esa demanda y arriesgarse a la salida de un país que representa el 12% de la población de la UE, el 15% de su PBI y una quinta parte de su comercio.

La solución puede estar en un punto intermedio, pero encontrarlo augura un largo período de tensiones entre las islas y el continente.

"Abrir una negociación formal requeriría el apoyo de una mayoría de los 28 miembros. Luego un eventual acuerdo que involucre los tratados de la UE obligaría a unanimidad y ratificación interna en cada país. Es altamente improbable", señala Simon Usherwood, especialista en política europea de la Universidad de Surrey. Pero añade: "Puede haber caminos informales que le permitan a Gran Bretaña llevar algo a casa".

Los mayores aliados para Cameron pueden ser sus contrapartes europeas. "Poquísimos políticos continentales quieren ver a Gran Bretaña irse de la UE. Harán lo mejor que puedan para ofrecer algunas concesiones y empaquetarlas de manera bonita."

En su programa, Cameron anticipó algunas líneas de sus intenciones. Busca permiso para que el Parlamento británico pueda vetar leyes comunitarias, recuperar el poder de expulsar a ciudadanos europeos sin trabajo estable, excluir a su país de la Convención de Derechos Humanos que, según él, permite a potenciales terroristas evitar la deportación y eliminar del tratado principal de la UE el compromiso a promover "una unión siempre más cercana".

Cameron se embarcó en este duelo movido por la necesidad de contener a los sectores antieuropeístas del Partido Conservador y por frenar el avance del populismo nacionalista del movimiento UKIP, militante contra la inmigración masiva de europeos...

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