Los cambios de la Presidenta para no quedarse sin la caja

"Hugo" ha pasado a ser el "compañero secretario general de la CGT". Y el "señor presidente de la UIA", el "Vasco". Sale Jorge Brito. Entra Paolo Rocca. Se anuncia una "quita de subsidios". Y en Aerolíneas se coloca un torniquete.La platea asiste, perpleja, a la rotación del escenario. Pero convendría no dejarse engañar por el frenesí de las mutaciones. Cristina Kirchner da la impresión de estar haciendo muchos cambios para que algo permanezca inalterable: la caja. De las inconsistencias de su política económica sólo ve con nitidez las penurias del Tesoro. Es ésa la restricción que pretende corregir. Lo demás son consecuencias, no objetivos. En la rueda de la fortuna pueden caer los banqueros y ascender los industriales. Importa poco si se consigue salvar lo principal: que la política cuente con recursos para asegurarse, a través de intervenciones obsesivas, la disciplina de los actores sociales y económicos.La Presidenta ha ido al rescate de esta capacidad amenazada. La espiral inflacionaria, la incógnita energética y el retraso cambiario siguen esperando un tratamiento. Mejor no confundir. Ajustar no sig-nifica siempre normalizar la economía, ni pactar con los empresarios es siempre ir hacia el mercado.Algunas trampas verbales favorecen el desconcierto. Julio De Vido y Amado Boudou lograron que a la aplicación de un nuevo impuesto se la llame eliminación de un subsidio. El Gobierno extendió a varias industrias y barrios residenciales, elegidos con criterios poco claros, un cargo específico que se venía aplicando sobre un pequeño universo de contribuyentes. De paso, incrementó la alícuota de ese cargo en un 34 por ciento.Tiene razón Boudou. No es un aumento del gas, el agua y la electricidad. Es un nuevo tributo que el Estado recauda para solventar las gigantescas importaciones de gas de De Vido. La Justicia ha dictaminado, en numerosos fallos, que estos cargos específicos son inconstitucionales, por tratarse de impuestos que no fueron aprobados por el Congreso. La Defensoría del Pueblo opinó del mismo modo. Por esta razón, organizaciones como la Unión de Consumidores de la Argentina recomiendan no "renunciar al subsidio", es decir, no aceptar el impuesto.El discurso oficial sostiene que, como el "modelo" ha sido exitoso, los contribuyentes pueden prescindir de la ayuda fiscal. La realidad es que, como el "modelo" se quedó sin recursos, los contribuyentes serán sometidos a una mayor presión impositiva. Los efectos de esta medida todavía se desconocen...

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