Cambios impositivos: más manotazos de ahogado

La oportunidad de las modificaciones introducidas en el parece responder a la necesidad de evitar una más notoria derrota electoral. Si fuera éste el propósito, no extraña que los cambios muestren otro forzado intento de redistribucionismo que resulta en desprolijidades aritméticas en las escalas, que llevan a situaciones casi paradójicas.Desde esta misma columna editorial habíamos criticado la falta de http://www.lanacion.com.ar/1615292-ganancias-se-determinara-en-base-al-mayor-sueldo-en-el-anofrente a una inflación que determinaba que se efectuaran retenciones del Impuesto a las Ganancias sobre salarios que apenas cubrían las necesidades básicas de un trabajador. Ubicábamos esta crítica en lo que considerábamos un esfuerzo gubernamental desmedido por recaudar más impuestos, frente a un gasto desbordado y un déficit creciente.El camino que proponíamos era compensar el efecto de la reducción de esa presión tributaria con una disminución del gasto público. De ninguna otra forma se hace posible suprimir los excesos impositivos sin incrementar el déficit fiscal. Observábamos que ante la falta de acceso al crédito todo aumento del déficit implicaba financiarse con los ahorros de los jubilados o simplemente emitir.Frente al extendido y justo reclamo de los gremios y de los trabajadores en relación de dependencia, y atento a las evidencias que proyectan un resultado electoral adverso en octubre, el Gobierno por fin se decidió a actuar. No lo hizo como pudiera esperarse, actualizando por la inflación el mínimo no imponible. Utilizó un arbitrio de tono más populista y similar a cuando elevaba sólo las jubilaciones mínimas sin tocar las restantes.Mediante un decreto excluyó de la retención del impuesto, a partir del próximo 1° de septiembre, a quienes en los seis últimos meses recibieron una remuneración mensual por debajo de 15.000 pesos. Para los que estén entre 15.000 y 25.000 habrá una reducción del 20% en el monto nominal retenido. Quienes superen ese límite no tendrán cambio alguno, ni en el mínimo computable ni en la escala aplicable. Continuarán aún más perjudicados al no haberse considerado la inflación en su diferencial computable.Inmediatamente después de conocerse el contenido del decreto, los medios comenzaron a difundir casos notables, en los que luego de estas medidas podrá haber empleados que ganen más que su jefe, o que por un peso adicional de sueldo pasen a cobrar algunos cientos menos. Sin duda se trata de impericia por apresuramiento...

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