Cambio de rumbo: el modelo está en su peor momento

Nada es como se pensaba en la Argentina de este 2015. Se creía que éstos serían meses de idas y venidas entre Nueva York y Buenos Aires en busca de un acuerdo con los holdouts que trajera tranquilidad para encarar los últimos meses del gobierno de Cristina Kirchner. Hubo quienes especulaban hace tiempo que quizá la Presidenta tomaría algunas medidas que dejarían algo más llano el camino del sucesor. Pero nada de eso ocurrió.

La aparición sin vida del fiscal Alberto Nisman cambió los planes y, sobre todo, los humores. No sólo el Gobierno quedó atrapado en los enormes territorios de oscuridad del caso, sino que la política y la opinión pública también giran alrededor de las hipótesis y las consecuencias de lo ocurrido en la torre Le Parc de Puerto Madero.

Pese a que el caso se robó la escena, los problemas estructurales de la economía argentina se mantienen invariables. Lejos de las discusiones políticas locales, economistas o politólogos argentinos que viven en el exterior consultados por LA NACION exponen una mirada quizá más desapasionada de lo que sucede en la Argentina. Quizá sea eso lo que se necesite: menos pasión y más realismo.

Todos coinciden en que la herencia del kirchnerismo será pesada para el próximo presidente. Y lo será más aún por un cambio en el contexto externo donde los vientos que impulsaban el ciclo ya no soplan como antes. Habrá que seducir al mundo. Si hasta ahora se pudo mantener la impronta del aislacionismo gracias a los dólares de las commodities y a la emisión, esos mecanismos parecen haberse agotado. Será necesario recurrir al financiamiento interno y externo para potenciar sectores clave de la economía. Y por supuesto, generar un mínimo de previsibilidad. Continúa en la página 2

Nada es como se pensaba en la Argentina de este 2015. Se creía que éstos serían meses de idas y venidas entre Nueva York y Buenos Aires en busca de un acuerdo con los holdouts que trajera tranquilidad para encarar los últimos meses del gobierno de Cristina Kirchner. Hubo quienes especulaban hace tiempo que quizá la Presidenta tomaría algunas medidas que dejarían algo más llano el camino del sucesor. Pero nada de eso ocurrió.

La aparición sin vida del fiscal Alberto Nisman cambió los planes y, sobre todo, los humores. No sólo el Gobierno quedó atrapado en los enormes territorios de oscuridad del caso, sino que la política y la opinión pública también giran alrededor de las hipótesis y las consecuencias de lo ocurrido en la torre Le Parc de Puerto Madero.

Pese a que el caso se robó la escena, los problemas estructurales de la economía argentina se mantienen invariables. Lejos de las discusiones políticas locales, economistas o politólogos argentinos que viven en el exterior consultados por LA NACION exponen una mirada quizá más desapasionada de lo que sucede en la Argentina. Quizá sea eso lo que se necesite: menos pasión y más realismo.

Todos coinciden en que la herencia del kirchnerismo será pesada para el próximo presidente. Y lo será más aún por un cambio en el contexto externo donde los vientos...

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