¿Contra el cambio?

En el Gobierno están convencidos de que detrás del endurecimiento de los reclamos salariales hay una estrategia política dirigida a dañar las posibilidades electorales del oficialismo en octubre; reconocen igualmente la situación difícil que atraviesan algunos sectores y no niegan el impacto de la inflación en el bolsillo de los trabajadores. Pero en la Casa Rosada se aferran a la idea de que lo peor ya pasó y de que el recrudecimiento de la protesta ocurre a destiempo. En esa idea anclan una consigna que debe ser leída en clave electoral: la conflictividad guarda relación...

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