La calle no quiere hacer terapia de grupo

Si hubiera participado, Pablo Moyano podría haber tensado la conversación con algún reclamo adicional. Pero el líder camionero no estuvo el lunes en la sede de Sanidad, donde el Gobierno, la CGT y la Unión Industrial Argentina (UIA) se reunieron durante largo rato y en buenos términos. "¿Por qué no buscamos el camino del diálogo?", propuso Alberto Fernández, e inició así una serie de contactos que se repetirían horas después y terminarían, anteayer, en la firma de un acuerdo de concertación en el Ministerio de Economía. Dicen los empresarios que hasta Roberto Feletti abandonó esta semana sus obsesiones con los formadores de precios y los monopolios y que parecía otra persona el martes en el CCK, en el encuentro del Consejo Económico y Social.

¿La terapia de grupo empezó a dar frutos? En realidad, no necesariamente: la ausencia de Moyano limita los alcances de tanta dulzura . Es cierto que el acta firmada no representa más que una formalidad. Un compendio de obviedades que recuerda aquella propuesta irónica de Serrat para los políticos: un "tratado de amistad que contribuya a poner los cimientos de una plataforma donde edificar un hermoso futuro de amor y paz". Sobre la inflación, por ejemplo, el apartado 5 del acuerdo dice: "Es necesario redoblar los esfuerzos para afrontar esta problemática de manera coordinada entre el Gobierno y los sectores empresarios y sindicales, para poder arribar a soluciones consensuadas que propongan soluciones diferentes a las instrumentadas en el pasado". Pero que Moyano, integrante del triunvirato de la CGT, no haya estado presente en ninguno de estos encuentros es un agujero institucional que pone en duda todo, hasta el futuro de la central de trabajadores.

Para sus pares no hay ninguna novedad. Dicen que el camionero es inconstante, que tiene poca paciencia y que explota ante la menor disidencia. Omar Maturano, secretario general de La Fraternidad, lo vaticinó en noviembre, en una entrevista con Ámbito Financiero . "¿Hacemos una apuesta? El triunvirato no dura seis meses. No llega a marzo", dijo.

¿Se apresuraba? Lo determinará cada movimiento. Después del faltazo del lunes, Moyano se sacó una foto con Máximo Kirchner, uno de los oficialistas más críticos de Alberto Fernández. Fue una reconciliación: venían enemistados desde la campaña por las listas. La imagen, publicada en las redes sociales de Camioneros, los muestra sonrientes y haciendo la V con los dedos en una charla que, según otros asistentes, abarcó...

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