La calificación del sistema bancario

La agencia internacional de calificaciones crediticias Moody?s bajó la semana pasada la perspectiva de la calificación de los bancos argentinos de "estable" a "negativa". Esta modificación se basó en la "vulnerabilidad del sistema financiero frente a factores macroeconómicos" y a posibles "medidas intervencionistas por parte del Gobierno para los próximos 12 a 18 meses".Particularmente, la calificadora estableció tres preocupaciones principales para los bancos argentinos: la fragilidad de las ganancias, que dependen cada vez más de las políticas "acomodativas", pero insostenibles del Gobierno; su vulnerabilidad a la confianza de los inversores, y su exposición a riesgos políticos y a situaciones que podrían afectar negativamente la distribución de sus activos, su rentabilidad y su capitalización.La acción de Moody?s, que motivó una dura respuesta tanto del gobierno nacional como de las entidades representativas de los bancos, ha llamado fuertemente la atención, debido a que las entidades bancarias argentinas exhiben hoy muy elevados niveles de liquidez y solvencia. Las ganancias de los bancos son sólidas; se sitúan en un 23% del patrimonio, en tanto que la cartera irregular apenas suma el 1,7% del total de financiaciones. La liquidez de los bancos argentinos alcanzaba en junio pasado al 25% de los depósitos.Las cifras mencionadas se comparan más que favorablemente con las de la mayoría de los sistemas financieros del mundo. Es que, si bien los bancos argentinos no son capaces hoy de ofrecer financiamiento en el largo plazo debido a la inflación, ni de pagar tasas de interés atractivas debido a la política monetaria expansiva del Banco Central, mantienen sus balances saneados, ganan dinero y son prudentes en la asignación de sus préstamos.Al mencionar los riesgos políticos y las situaciones que podrían afectar la distribución de sus activos, es evidente que Moody?s está asignando una importante probabilidad a que uno de los primeros pasos que lleve adelante el Gobierno luego de las elecciones del próximo 23 de octubre consista en forzar a los bancos a financiar al sector público o a sectores económicos de su interés, lo que comúnmente se conocen como políticas de crédito dirigido. Dicha práctica de crédito dirigido ya se lleva a cabo en Venezuela y se encuentra incluida en el proyecto de reforma a la ley de entidades financieras que ha impulsado el diputado Carlos Heller, de orientación cercana al Gobierno.Probablemente, la agencia de calificaciones ha...

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